Y no es la mejor noticia que se
puede dar a este país, al que, precisamente, el turismo le
empujó de verdad en la década de los sesenta, haciendo
auténticos paraísos de zonas que no servían, en algunos
casos, ni para alimentar cabras.
Por algo se empieza, y aquí se empezó por explotar el sol,
en aquellas zonas en las que prácticamente no hay invierno.
Era algo que teníamos, que no podíamos exportar y que, sin
embargo, se podía utilizar “in situ” por quienes se
acercaban a nuestras tierras, desde los países nórdicos
especialmente.
Eso trajo las urbanizaciones de muchas zonas con los
beneficios que aportó en la construcción y con las
barrabasadas que muchos constructores cometieron y que ahí
siguen con aquellos primeros pasos, juegos de niños,
comparados con lo que en esas mismas zonas se ha hecho
recientemente.
El turismo, también, para las mentes puritanas y castas,
traía las “recomendaciones del diablo”, cuando las damas o
las jovencitas empezaron a mostrar ciertas partes, que hasta
entonces era pecado mortal exhibirlas.
Sin embargo, ni “don Francisco” ya entrado en años, ni el
máximo valedor del turismo, en esos años, Manuel Fraga, se
pararon a condenar esas situaciones y la aportación
turística dio sus resultados, cada vez mejores.
Los que venían de fuera con libras esterlinas, marcos
alemanes o francos franceses, y los que se habían tenido que
ir fuera, a la emigración, en busca de un trabajo seguro,
fueron los verdaderos artífices del alza económico de
nuestro país. Quien ahora niegue esto es que es o un
iluminado o un iluso, que no ve, ni ha visto tres palmos más
allá de sus narices.
Eso sucedía hace medio siglo. Pero eso no podía durar toda
la vida y, de hecho, con un país totalmente renovado en
todos los aspectos, ahora se han vuelto las tornas y no sólo
no exportamos mano de obra, sino que la estamos “importando”
por unos cauces muy distintos a los que utilizaron nuestros
emigrantes, siempre con papeles en regla. Lo que estamos
importando nosotros..., doctores debe haber en el organismo
correspondiente para enjuiciarlo.
¿Y el turismo qué? Aquí la situación ha pasado por otros
derroteros, aquí una buena parte de turistas habituales,
especialmente en algunas zonas de Baleares, han logrado
dominar ciertas zonas que aunque están y son territorio
español, el dominio de esas urbanizaciones se escapa a
muchos controles.
En cuanto al turismo normal, de fuera, mientras los precios
aquí han sido competitivos, a la baja, hemos tenido
auténticas riadas de visitantes, ingleses, alemanes, de los
Países Bajos ..., cuando aparecieron otras tierras con
precios más competitivos, muchos de los de fuera dejaron de
venir, con lo que en los últimos diez años al hablar de
turismo, también, nos teníamos que referir a los españoles
que, partiendo de las grandes ciudades, especialmente,
pasaban una temporadita, máximo un mes, en la sierra o en la
playa.
Con este turismo interior se cubrió gran parte de lo que
había dejado libre el turismo de fuera, pero las divisas ya
no entraban, o entraban menos, por lo que cada uno fue
haciéndose sus propias composiciones de lugar y las cosas,
especialmente para ciertas cadenas, no iban mal hasta que el
pasado año enseñó la geta la crisis, dejando muchas plazas
libres. Este año eso ha empeorado.
|