Los, como mínimo, difíciles
momentos que está atravesando no sólo la economía española,
sino también la europea y la mundial han sido asimilados
rápidamente por todos los departamentos de la Ciudad
Autónoma empezando por su presidente, Juan Vivas, que ya ha
dado instrucciones claras a su Consejería de Hacienda, la
responsable de elaborar sus próximos Presupuestos Generales,
para que la contención y la responsabilidad sean las máximas
sobre las que asiente su trabajo, que ya ha comenzado.
Durante los próximos meses se avecina, por tanto, un trabajo
arduo para el equipo que capitanea Francisco Márquez. En
primer lugar porque habrá áreas que sufrirán un recorte, o
al menos una congelación, de las partidas de las que han
venido disfrutando durante los últimos años para el
ejercicio de sus tareas. El presidente de la Ciudad ha
establecido que las prioridades son el mantenimiento y
mejora de los servicios sociales efectivos que se prestan a
la comunidad y las inversiones productivas, aquellas capaces
de generar riqueza y empleo y, así, tratar de paliar uno de
los grandes problemas de la ciudad autónoma, el del paro,
que durante años se ha revelado aparentemente imposible de
dominar. Pero si responsables han de ser ciertas consejerías
a la hora de apretarse el cinturón responsables lo deberán
de ser también las organizaciones sindicales en sus
reivindicaciones a la Administración. Obviamente, los
sindicatos no podrán ni deberán nunca renunciar a la defensa
de los derechos que asisten a los trabajadores, pero es
claro que también tendrán que adaptar sus peticiones y sus
demandas al momento que vivimos. Y responsable, por último,
tendrá que ser también la Delegación del Gobierno en Ceuta,
la que mejor conoce la realidad y necesidades de esta
ciudad, para trasladar de forma fehaciente al Ejecutivo
central que las reivindicaciones que se le plantean son
justas y, además, contenidas y responsables, sin que se le
pueda achacar a la Ciudad la voluntad de cargar sobre el
Estado gastos innecesarios.
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