Especias exóticas de un país vecino como es Marruecos. A lo
que añadimos el aroma a sal y la frescura del pescado de la
lonja ceutí. Y para concluir, la exuberancia de licores
brasileños y mezclas del Caribe. Un cocktel gastronómico
atractivo, a la par de sugerente, capaz de atraer a los
paladares más exquisitos. Y aunque algunos piensen que no es
posible probar estas delicatessen procedentes de diferentes
puntos del globo terráqueo en un sólo día, se equivocan.
Porque esto y mucho más pueden ofrecer las diversas terrazas
desplegadas por la tierra ceutí.
Al comenzar la jornada, tras el descanso del sueño, nuestro
cuerpo necesita cargarse de energía. Y cómo mejor que con un
buen desayuno en La Alhambra o El Puente, por citar algunos.
Para los más afrodisíacos, “tenemos creppes con queso fresco
y miel; y lo más solicitado, el té moruno, una bebida que
los turistas no pueden dejar de probar”, advierte Nordin
Mehdi, propietario de la terraza La Alhambra. Los visitantes
con ganas de probar cuanto más, “tienen 48 tipos de té, 32
chocolates con diferentes sabores y más de 20 batidos
helados. La especialidad que más gusta, el chocolate más a
la española, el clásico. Y los sandwiches mixtos con huevo”,
explica Juan Luis Vivas, gerente de El Puente. Ambas
terrazas gozan de una ubicación céntrica e ideal, a la vista
de cualquier caminante, ofreciendo variedades de diferentes
países. ¿La diferencia? El producto estrella, secreto de la
casa.
Conforme avanza el día, y el sol apretando más fuerte, de
nuevo se necesita combustible. Y qué mejor que una cerveza
bien fría, acompañado de una tapa, o directamente un
almuerzo de reyes. Opciones que pueden facilitar la terraza
Charlotte o Bagamoyo. Los atrevidos de la cocina más
modernista podrán degustar “un amplio surtido de patés,
tablas de ibéricos o especialidades de queso. E incluso
probar mojitos o caipiriñas, que solicita sobre todo la
gente joven” y que se antojan a cualquier hora del día con
las altas temperaturas, explica Juan Jesús Bravo, barman del
local Charlotte.
Aquellos visitantes que decidan pasar una jornada divertida
y acuática en el Parque Marítimo del Mediterráneo también
tiene a su alcance una amplia oferta gastronómica. Por
citar, la terraza Bagamoyo. “El pescado, frito o a la
plancha, y las carnes en salsa, son los platos que más nos
suelen pedir. Este verano nos ha ido bastante bien y tenemos
muchos clientes porque la gente que viene al parque quiere
comer rápido y nuestros cocineros pueden preparar un plato
en cinco minutos”, comenta Desireé Benítez, camarera de la
terraza Bagamoyo, dentro del parque.
Todos estos establecimientos han asegurado que la crisis
económica, en estos meses de verano, no ha estado muy
presente en la ciudad autónoma. Pero si es cierto, “que la
gente ya no es tan alegre al pedir. Vienen más clientes pero
demandan menos cantidades”, explica Juan Vivas, gerente de
la terraza El Puente. Por el momento, ingredientes de
Marruecos, chocolates de España, pescado fresco de Ceuta y
bebidas brasileñas y del Caribe. Todo ello, en pleno centro
de la ciudad autónoma, y sólo andando unos pasos.
¿Interesante, verdad?
Pues al caer la noche, las delicias se siguen preparando, y
a la lumbre de las candelas y el ambiente de ensoñación que
envuelve a estas tierras, los paladares continúan su
disfrute. Y más después de una dura y larga jornada, para
muchos de trabajo, y para otros, de turismo por la ciudad.
Para cerrar esta pequeña ruta gastronómica de la ciudad,
quedan por citar algunas terrazas ceutíes que mantienen sus
aromas hasta la madrugada. Por poner un ejemplo, el local La
murga la esquina en cuyas especialidades encontramos carnes,
pescados y especias muy diversas.
“Tenemos berenjenas rellenas, navajas a la plancha, pescado
frito y lo que más nos demandan, la pata al horno”, explica
Francisco Ayona, dueño de La Murga la esquina.
Próxima a esta terraza encontramos el famosísimo Los
pinchos, Sin Comentarios, el negocio propio de la familia de
Alí Mohamed Amid.
Como su propio nombre indica, la especialidad de la casa son
los pinchitos, de ternera o de cordero. “Desde las nueve de
la noche hasta las doce y media o una de la madrugada
siempre estamos a tope en estos meses de verano. Podemos
preparar unas cien docenas de pinchos y todo se consume en
apenas tres horas. Y es que el que viene hoy, viene mañana”,
declara Alí Mohamed Amid.
Aunque no sólo de pinchitos se alimenta esta terraza, que
añade a su carta de presentación productos tan variados como
el pulpo a la brasa, conchas finas o cazón en adobo. Todos
ellos procedentes del territorio peninsular.
Quizás otro de los ingredientes del éxito de este transitado
establecimiento sea su emplazamiento físico, atractivo para
todo aquel que lo mire. Mesas alumbradas por bombillas que
parecen caer del cielo, una amplia barbacoa desplegada en
forma de barra para que los clientes vean el dorado de los
pinchos y las buenas temperaturas que acogen a la noche
ceutí.
Todo ello unido a los placeres del paladar dan el toque
final a la degustación del producto.
Como se puede comprobar, una amplia oferta, a gusto de la
demanda en la gastronomía de la ciudad. Y todo ello sin
necesidad de salir de Ceuta para probar todas las
especialidades.
Todos aquellos que se encuentren visitando la ciudad
autónoma, e incluso ciudadanos ceutíes, deben apreciar la
riqueza natural que existe en estas tierras, repletas de
belleza natural y capaz de innotizar a cualquier turista
sólo con el paladar.
Salgan y prueben, que todos los sabores, olores y
exquisiteces se pueden descubrir en innumerables lugares
recónditos de esta ciudad repleta de encanto.
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