Una de las bases fundamentales del Islam, citada claramente
en el Corán. Es la libertad religiosa. Dice el Libro Sagrado
en la Sura 2, versículo 256: “No hay coacción en la
religión”. Debido a ello, el Islam somete la cuestión de la
creencia y la incredulidad a la voluntad y la satisfacción
del hombre. Dice el Corán en la sura 18, versículo 29:
“Quien quiera creer, que crea, y quien quiera negarse a
creer, que no crea”.
El Corán revela esta cuestión con claridad al Profeta,
Muhammad, al anunciarle que lo que le corresponde es
comunicar el mensaje de Dios a la Humanidad y que él no
tiene ningún poder para convertir a la gente al Islam; ya
que la verdadera conversión proviene de Dios. En la sura 10,
versículo 99 dice Dios: “¿Acaso puedes tú obligar a la gente
a que sean creyentes”; en la sura 88, versículo 22 dice: “No
tienes potestad sobre ellos” y en la sura 42 versículo 48
dice: “Y si se apartan, no te hemos enviado como guardián de
ellos. A ti sólo te incumbe comunicar”. Todo esto asegura
que el Corán rechaza definitivamente obligar a la gente a
convertirse al Islam. Por eso es que su servidor, durante
los programas de Aclarando Conceptos nunca he dicho:
¡Conviértase al Islam! Podemos informar sobre la verdad del
Islam; comunicamos sus enseñanzas, pero no hacemos
proselitismo. Es la persona quien voluntariamente acepta el
Islam. No la coaccionamos; ni le ofrecemos enseñanzas de
salvación automática; ni lo presionamos para que acepte al
Islam.
El Islam ha definido el método que los musulmanes deben
seguir en la divulgación del Islam, que es la sabiduría y la
buena exhortación. Dice el Corán en la sura 16, versículo
125: “Llama al camino de tu señor por medio de la sabiduría,
la buena prédica y convenciéndoles de la mejor manera”. Dice
también en la sura 2, versículo 83: “…hablad a la gente con
la mejor manera”. A este respecto se citan en el Corán más
de 120 versículos que llaman todos a la divulgación del
Islam mediante el conocimiento, la sabiduría y el respeto de
la libertad humana en aceptar o rechazar la religión.
Después de conquistar la Meca y el definitivo triunfo, el
Profeta liberó a todos los presos y no obligó a ninguno a
creer en el Islam al decirles: Idos. Sois todos libres.
No se sabe en toda la historia del Islam que los musulmanes
hayan obligado a nadie, sea cristiano o judío, a adoptar al
Islam. Prueba de ello es la primera constitución puesta por
el profeta Muhammad después de haber emigrado a Medina, en
la que cita que los judíos componen una parte de la sociedad
de Medina junto con los musulmanes, y que aquéllos tienen el
derecho de quedarse fieles a su religión.
También el segundo califa, “Omar B. al – Jattab, al entrar
en Jerusalén hizo un convenio de seguridad con los
cristianos en el que consta que éstos, sus iglesias y sus
cruces están seguros y que no se debe obligar a ninguno de
ellos a dejar su religión. Prueba de ello es que las
Iglesias cristianas en Tierra Santa se mantienen intactas.
Mahatma Gandhi: el héroe de la independencia india,
escribió: “Los musulmanes nunca han caído en la arrogancia
incluso en los tiempos de su mayor grandeza y triunfo. El
Islam alienta la admiración hacia el Creador del mundo y sus
obras.
Cuando Occidente vivía en un período de terrible oscuridad,
la resplandeciente estrella del Islam que brillaba en el
Este, trajo luz, paz y alivio a nuestro sufrido mundo.
El Islam no es una religión falsa. Cuando los hindúes
estudien esta religión con el debido respeto, sentirán
también la misma simpatía que yo siento hacia el Islam. Y
continúa. He llegado a la conclusión de que la rápida
expansión del Islam no se realizó por medio de la espada.
Por el contrario, se debió, sobre todo, a su notable
simplicidad, su lógica, la gran modestia de su profeta, su
escrupuloso respeto de las promesas realizadas, su ilimitada
devoción hacia cada musulmán, su carácter intrépido, su
falta de temor, su confianza absoluta en Dios y su propia
misión. Estas cualidades, y no la espada, fueron las que le
permitieron vencer a todos los obstáculos.
Un musulmán debe tratar al no musulmán amablemente y debe
solamente evitar hacer amistad con los que tengan enemistad
contra el Islam. En caso de que esta enemistad cause ataques
de violencia en contra la existencia de los musulmanes, esto
es, en caso de una guerra en contra de ellos, entonces los
musulmanes deben responder con justicia considerando las
dimensiones humanas de la situación. Todas las formas de
barbarismos, actos innecesarios de violencia y de agresión
injusta está prohibido en el Islam. En otro verso, Dios
advierte a los musulmanes en contra de esto y explica que la
rabia que se siente en contra de los enemigos no debe ser la
causa para caer en actos de injusticia.
“Vosotros que creéis! Sed firmes a favor de Allah, dando
testimonio con equidad. Y que el acto que podáis sentir por
unos, no os lleve al extremo de no ser justos. ¡Sed justos!
Así se acerca más a la temerosidad. Y temed a Allah, es
cierto que El conoce perfectamente lo que hacéis” (Corán 5:
8).
La palabra Islam proviene de la raíz arábiga Salam, que
significa paz y el Corán condena la guerra como un estado
anormal de situaciones opuestas a la voluntad de Dios.
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