La Autoridad Portuaria ante las críticas del PSOE local
sobre la Estación Marítima ha respondido que es proyecto que
conlleva “un éxito político sin precedentes y una
infraestructura que los melillenses nunca hubieran soñado
tener con gobiernos socialistas, máxime sin ningún coste
para la ciudad por estar sufragada con los recursos de la
Autoridad Portuaria y de fondos europeos, por lo que es
normal que partidos que carecen de proyectos para la ciudad
utilicen estas actuaciones para demostrar que no perdonan
los logros políticos que ellos no han alcanzado".
Y ha sido de esa forma como ha respondido el presidente de
la Autoridad Portuaria, Arturo Esteban, a las últimas
críticas del PSOE local sobre la Estación Marítima,
dirigidas por el portavoz de Transportes de esta formación
política Gabriel Jiménez, un personaje al que ha calificado
de "persona desinformada al servicio de los intereses de
quienes no han podido ganar dinero con la construcción de
esta terminal". Tal y como subrayara en veces anteriores,
Esteban ha reiterado que no ofrecerá más respuestas técnicas
sobre un proyecto suficientemente explicado ya, que cuenta
con los avales del Ministerio de Fomento y de Puertos del
Estado a través de sus órganos de control técnicos. No
obstante, el presidente de la Autoridad Portuaria ha instado
al PSOE a que si verdaderamente tiene interés en cuestiones
técnicas del proyecto pida las explicaciones oportunas a
través de los "conductos reglamentarios".
mediante notas de prensa elaboradas "en serie" por un
gabinete de comunicación de partido actualmente "de
vacaciones" que ha preparado distintos comunicados para
"cubrir la cuota de imagen" de los representantes
socialistas en estos días incluso ausentes de la ciudad.
“Estrategia de frustrados”
Esteban ha querido finalizar lamentando que las críticas a
la Estación Marítima no sean más que, en definitiva, parte
de las "estrategias de aquellos que han visto frustradas sus
expectativas de ganar mucho dinero con este proyecto",
facilitando ahora información errónea a personajes como
Gabriel Jiménez para intentar destruir un proyecto que
supone la obra de ingeniería más importante de los últimos
treinta años.
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