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sociedad - LUNES, 18 DE AGOSTO DE 2008


reunión de esta iniciativa. cedida.

TURISMO SOLIDARIO
 

Otra forma de irse de vacaciones

Iniciativas como ‘Turismo solidario y sostenible’, de la Fundación Banesto,
y otras de diferentes oenegés promocionan una alternativa veraniega, ya sea
solamente para conocer la realidad de
países empobrecidos o para colaborar

CEUTA
Gonzalo Testa

ceuta
@elpueblodeceuta.com

No se trata de ninguna ganga. Irse ‘de vacaciones’, si es que puede aceptarse en sentido estricto la definición, con alguna de las oenegés que han apostado durante los últimos años por el turismo solidario y sostenible, puede salir al interesado tan caro (o seguramente más) que pasarse el mismo tiempo agarrado a la pulsera ‘todo gratis’ de los complejos hoteleros del Caribe, aunque obviamente el incentivo es muy distinto.

Diferentes oenegés organizan desde hace unos años viajes de solidaridad, conocimiento o cooperación a los países donde trabajan sobre el terreno. Algunas tienen una oferta permanente durante el año, pero la mayoría centran sus propuestas, sobre todo en lo referente a las estancias de corta duración, en los meses de verano.

ACSUD Las Segovias es una de las organizaciones no gubernamentales que acepta el epíteto “turista” para describir sus viajes a Ecuador, con los que según sus responsables se propone “conocer la riqueza de un país pluricultural y megadiverso por medio del encuentro, la convivencia y el intercambio con comunidades de los Pueblos Quichuas y Montubios y las propuestas de las organizaciones sociales e indígenas.

“Nuestros viajes de turismo responsable”, explican desde la oenegé,”se enmarcan en el trabajo de sensibilización y educación al desarrollo de ACSUD Las Segovias con el objetivos de dar a conocer la realidad de los países del Sur, informar sobre las luchas y alternativas puestas en marcha por las organizaciones sociales locales, brindar alternativas de consumo responsable también en el campo del turismo y apoyar a las experiencias de turismo comunitario puestas en marcha por la población campesina y las organziaciones representativas de los pueblos indígenas de América Latina”. Su propuesta para este año, diez días en Ecuador del 10 al 28 de agosto, costaba 1.250 euros, gastos de avión excluidos.

Otras entidades como la Fundación Vicente Ferrer ofrecen un programa de turismo pero prefieren no llamar solidario para evitar “confusiones”. Esta oenegé ofrece hasta cuatro rutas distintas en su página web [www.fundacionvicenteferrer.org] “para conocer la India” en cualquier época del año con precios que rondan los 2.000 euros y que incluyen una visita durante los últimos días del itinerario a los proyectos que desarrolla en el país asiático.

Más cerca del concepto de ‘turismo solidario’ están los “campos de solidaridad” en América del Sur de la organización Servicio Civil Internacional, dirigidos a mayores de edad y organizados en colaboración con asociaciones y contrapartes locales, realiza campos de voluntariado en países del Sur de otros continentes.

Su objetivo es “ofrecer intensas experiencias de aprendizaje intercultural, que posibiliten un cambio de percepción de las relaciones norte-sur”. El desplazamiento corre a cargo del interesado, que además aporta una cantidad extra en función del lugar elegido en concepto de ‘cuota de solidaridad’ para financiar su acogida.

La Red de Consumo Solidario organiza todos los veranos viajes “solidarios” a Ecuador, Brasil y la República Dominicana. “Promovemos otra manera de viajar y de conocer el sur a partir del contacto directo con organizaciones de base, con las cuales trabajamos desde hace años en proyectos de cooperación o en un trabajo de apoyo político”, señalan desde el grupo, donde explican que “en Ecuador viajamos de la mano de organizaciones productivas, en Brasil con el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) y en República Dominicana con organizaciones de antiguos jornaleros de las abandonadas plantaciones de caña de azúcar”. Sus propuestas rondan los mil euros de precio del vuelo más los extras de inscripción, formación y alojamiento.

Los que no deseen irse tan lejos para probar la fórmula pueden probar con Sodepaz, que organiza estancias en el norte o el sur de Marruecos desde 400 euros en colaboración con la oenegé Hombre y Medioambiente.
 

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