Vivir el Evangelio en la calle”. Regularmente recibo por
correo electrónico comentarios bíblicos suscritos por este
abierto y tolerante franciscano, gallego de Rianxo, quien
tiene el detalle de “pastorear” con tacto a ovejas echadas
al monte como yo despidiéndose, siempre, con un “Siempre en
el corazón, Cristo”. Tuve la oportunidad de asistir en
Tánger, el 17 de junio de 2007, a su acto de consagración
como Obispo Metropolitano por parte de Monseñor Amigo
Vallejo, quien escenificaba su nombramiento para el cargo
por el Papa Benedicto XV, el 11 de abril anterior.
Profesor de Liturgia en Roma y reputado teólogo, Monseñor
Agrelo se muestra decidido partidario del Diálogo
Interreligioso, huyendo de cualquier confrontación
ideológica, mostrando su sensibilidad y preocupación por el
sufrimiento de los emigrantes, el “Éxodo Bíblico de nuestros
días”. Reconoce como imposible que un musulmán se convierta
(“sería además encarcelado o reo de muerte”), si bien, “para
el Islam, Jesús es un gran Profeta”. Su lema sería “Semper
in ore salmos, semper in ore Christus”.
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