Y como siempre cumpliendo con su
deber que es hacer bien a la sociedad. Naturalmente me estoy
refiriendo a la Guardia Civil, que sigue siendo el cuerpo
modelo, en el que muchos españoles, especialmente los de
buena voluntad, nos tenemos que fijar cada día.
No sé las veces que, en esta columna, he escrito sobre la
Guardia Civil, pero sí sé que siempre que lo hice fue por
una actuación más de esas que dan prestigio y honran a quien
lo hace.
En esta ocasión tengo que volver a hablar de la Guardia
Civil por su “penúltima” actuación, decomisando más de 100
kilos de hachís.
¡Ahí es nada!. En el propio puerto, en el control de
preembarque hacia Algeciras, y con esta cantidad, en las dos
primeras semanas del mes de agosto ya han decomisado 452
kilos.
Esto hay que resaltarlo, a esto hay que darle la publicidad
que se merece, para valorar el tacto, el compromiso y el
buen hacer de los componentes de un cuerpo que día a día han
demostrado, con su efectividad, un auténtico servicio a la
sociedad.
Y no es el cuerpo que más medios tiene para trabajar, pero
con los pocos medios que ponen a su disposición, su parcela
está cubierta sin que se les pueda hacer el más mínimo
reproche.
Cuando el jueves por la tarde yo leía en El Pueblo de Ceuta
esta noticia, a muy pocos metros de mi casa, junto a la
Nacional 110, con un tráfico enorme, yo veía a la Guardia
Civil, la de Tráfico, controlando y regulando todo para que
la circulación fuera cuanto menos peligrosa mejor.
A esa misma hora, muchos estaban sentados en las terrazas de
los bares tomándose su café o lo que les apetecía, otros
echaban la partida. La Guardia Civil, como a lo largo del
verano, especialmente los fines de semana, estaba actuando
para evitar accidentes, y curiosamente cada vez que los
políticos de turno hablan de la disminución de víctimas en
las carreteras, parece que son ellos, desde el despacho, los
que han evitado los accidentes, y pocas veces citan a los
verdaderos artífices de esa reducción, que son los que se
pasan horas y horas, de servicio en las carreteras.
Pero volvamos a Ceuta, la droga fue detectada por el perro
del servicio cinológico. Marcó la parte superior del coche,
de inmediato comenzó la inspección por parte de los agentes
y se localizó la droga en dos maletas, en la baca del coche.
La acción estaba concluida y de forma brillante, decomisando
una “mercancía” que en el mercado negro podría haber
alcanzado un valor de 145000 €.
Naturalmente hubo detenidos, dos hombres de 44 y 39 años de
edad, con los que viajaban, además, dos menores.
Y es que, en estos momentos, especialmente cuando hay mucho
tráfico en la travesía hacia Algeciras, es cuando, los que
se dedican a este tipo de contrabando, piensan que es el
mejor momento para pasar sus mercancías.
Afortunadamente, con poco o con mucho tráfico de vehículos,
los servicios de estos agentes son siempre rigurosos y, con
los medios que tienen, que no son muchos, son capaces de
frenar todo tipo de transporte ilegal, y en este caso,
además, atentatorio contra la salud de muchas personas,
especialmente de jóvenes.
La única recompensa, por desgracia, para estos agentes es la
satisfacción, que ellos pueden tener, por el deber cumplido
con rigurosidad y con honradez.
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