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OPINIÓN - DOMINGO, 17 DE AGOSTO DE 2008

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

Como les dije he tenido que asistir a dos bodas, una por la mañana a las doce y otra a las seis de la tarde, y las dos por la iglesia, para que luego digan que el personal no se casa por ella. Las bodas siguen siendo las bodas, y cada uno se puede casar por donde le dé la gana.

Como es natural, obligo a mí cuerpo serrano a hacer un esfuerzo alejándole ese día, sábado por más señas, del deporte que más me gusta practicar, el sofá con sus cojines incluidos.¡Dios cómo lo he echado de menos!. Pero el deber obliga. La familia y la amistad verdadera forman parte inseparable de mí vida. Por ambas lo doy todo.

Así que me arreglo con mis mejores galas, pantalón y camisa, y me voy a la primera de ellas, donde se casa mí sobrina Cristina con José María. Oiga, ustedes no se lo van a creer, pero me emociono al ver la pareja en el altar. Y es que, a pesar de la frialdad con que el mundo me ha enseñado a ver las cosas, tengo sentimientos que afloran en el momento justo.

Allí, en la puerta de la iglesia estaba toda la familia, incluido servidor que es tío de la novia. Lo repito por si alguien no se había enterado. Me acuerdo de aquella canción que dice: “no hay nada mas bonito que la familia unida. Unida por los lazos del amor…”. Cierta es la canción, nada hay mas hermoso que ver a toda la familia unida compartiendo la felicidad de aquella pareja joven, que se van a unir para compartir sus vidas.

Y como pasa en todas las bodas, porque sino no serían bodas, la novia llega con unos minutos de retraso, cosa que no altera los nervios de nadie porque de todos es conocido ese detalle que no puede faltar en una boda.

El Sol, que no ha querido perderse el acontecimiento, aprieta de lo lindo, para demostrando que está presente en la boda de Cristina y José María. Saludos de rigor entre todos nosotros, besos y más besos, hasta que llega la novia que hace su entrada en la iglesia del brazo de su padre y padrino, Manolo. El novio, José María, lo hace del brazo de su madre y madrina, Loli. O sea que la ceremonia empieza como tiene que empezar y, por supuesto, como Dios manda.

Naturalmente que todas las señoras y señoritas presentes corren para entrar en la iglesia, Lo contrario de los caballeros, que buscando un poco de sombra, aprovechan para meterse la mano en el bolsillo encender el consabido cigarro y hablar del fútbol. Esto tampoco puede faltar en las bodas. Como las frase de “ahora se va a enterar ese, refiriéndose al novio, lo que vale un peine”.

Cuando uno de los que están fuera, da la voz de alarma de que la ceremonia se está terminando, todos corren hacia el interior de la iglesia, poniéndose en plan interesante, como si se hubiesen “cargado” toda la ceremonia de la boda.

A la hora estipulada, todos nos dirigimos a “La Tasca de Pedro”, tío de la novia, donde se celebra el convite. La llegada de los novios es acogida con una ovación y felicitaciones por doquier. Desde aquí y desde ya le deseamos, a ambos contrayentes, toda la felicidad del mundo. Os quiero, a los dos, un abrazo sincero.
 

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