La Policía de Barriadas es un órgano de seguridad que, en
principio, ya debería estar operando en las calles de la
ciudad, tal y como prometieron el pasado mes de febrero
tanto el consejero de Gobernación como el jefe de la Policía
Local. Las filtraciones de los exámenes y las últimas
declaraciones vertidas desde la Ciudad hacen prever que este
cuerpo tampoco va a estar en activo en 2009.
La Policía de Barriadas es la historia de nunca acabar. Los
presidentes de las diferentes asociaciones de vecinos llevan
reivindicando sistemáticamente la creación de este cuerpo.
Sin embargo, nunca ven cumplidos sus deseos. Esta Policía
sofocaría en parte la desazón que produce la delincuencia y
robos en cada barriada, y aunque no fuera una solución
efectiva al cien por cien a estos problemas, sí crearía una
sensación de amparo que actualmente no se da. Barriadas del
campo exterior, como el Príncipe, como Los Rosales, Juan
Carlos I, La Reina o Poblado de San Antonio sienten un vacío
en cuanto al tráfico policial, así lo han declarado sus
representantes vecinales constantemente en los medios
públicos y así se lo hacen saber a la Federación Provincial
de Asociaciones Vecinales (FPAV). Es precisamente en este
campo donde más diferencias existen entre una y otra parte,
la Ciudad y la FPAV.
El consejero de Gobernación, José Antonio Rodríguez, declaró
en un medio de comunicación esta semana que la Policía de
Barriadas estaría creada antes de que terminara la
legislatura. Sin embargo, en febrero de este año señaló que
en verano este cuerpo ya estaría funcionando, gracias a las
nueve nuevas plazas de agentes que se habían convocado; y
gracias a otros once policías que se unirían a esta unidad.
La filtración de los exámenes dio un vuelco en la situación,
y retrasó involuntariamente la creación de esta Policía
hasta 2009. La FPAV entendió la situación, aumentada además
por culpa de la crisis financiera que acucia a la Ciudad.
José Ramos expresó ayer que no cejarán en su empeño y le
recordó a consejero y Policía Local que “Nos prometieron que
iban a estar operativos a la mayor brevedad y son esclavos
de sus palabras”.
José María Romero, vocal de Seguridad, fue más lejos: “Ya no
me creo nada ni de Gobernación ni de la Policía Local”,
aunque dijo que este consejero es el que menos culpa tiene
de todos, ya que ha sido el único “que se ha puesto manos a
la obra”. Romero aseguró que los presidentes vecinales
empiezan a “tomarse a broma este asunto” ante los continuos
retrasos y señaló que “no es un capricho de la FPAV, sino
una necesidad”.
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