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OPINIÓN - SÁBADO, 16 DE AGOSTO DE 2008

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Fuegos artificiales
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Difícil se lo han puesto los chinos, en el comienzo de sus Juegos Olímpicos, a todos los pueblos del mundo que quieren hacer ostentación de colorido a través de fuegos artificiales.

Sin importarles demasiado, porque ya están acostumbrados, un poco más de contaminación, mostraron un espectáculo tan brillante y tan variado que en los juegos malabares que hicieron con la pólvora y el colorido, será imposible superarles.

Sin embargo, como cada uno tiene lo suyo y se afana por superarse cada día un poco más, Ceuta terminó sus ferias y fiestas patronales de 2008, con sonido, luz y color por todo lo alto.

La luz y el color ponían el fin de festejos, tras ocho noches interminables de verdadera diversión, de auténtica ilusión y de fiestas de verdad, en un ambiente extraordinario, desde el comienzo hasta el mismo final.

El final, pues, ha llegado y este espectáculo prolongado no volverá hasta el 1 de agosto del próximo año 2009.

Las ferias, y hay que destacarlo, fueron hermosas, pero tranquilas y seguras. En esta ocasión no hubo cabida para los patosos que trataran de molestar a los demás, con lo que los planes previstos y programados se cumplieron, todos ellos, de principio a final, a rajatabla y en su totalidad.

Casetas repletas de público, tómbolas con todo tipo de regalos y “cochecitos locos” en todas sus variantes animaron y alegraron el recinto ferial, dándole ese color y ese sabor, que tanto gusta y que nos dice que estamos en ferias.

Pero como todo tiene su fin, tanto las casetas, como las tómbolas y demás cerraron sus circuitos en la noche, mejor dicho en la madrugada, del sábado al domingo. Se aprovechó hasta el final y bien entrado el domingo.

Los feriantes y el público que asistió esa noche al recinto de la feria pudieron aprovechar toda la noche del sábado al domingo. Es posible que más de uno, por ambas partes, hubiera querido seguir más, pero a las siete de la mañana se daba el cierre definitivo y se ponía el “fin de ferias”.

Antes de este final ya se había anunciado oficialmente el cierre de ferias y fiestas, y ese cierre estuvo marcado por un soberbio espectáculo de luz y color, con su traca final.

Era, pues, el adiós oficial, luego la prolongación, esas horas más eran un poco la “recogida” o la despedida de unos para saborear un poquito más las ferias y para otros era el ir terminando con las existencias que tan abundantes fueron durante las siete noches anteriores.

Ahora ya comenzaba la rutina diaria, el día a día con los quehaceres cotidianos y el ir contando hacia atrás las fechas hasta ese 1 de agosto de 2009, que desde aquí se ve tan lejano.

Tras el final de las ferias hay que hacerse la pregunta de rigor ¿Cómo fueron las ferias este año? Y la respuesta debe ser, por lo menos, tan buenas como en sus mejores años, posiblemente un poquito mejor, con una gran participación de la población en ellas, elemento imprescindible para que sean brillantes, y con la misma afluencia de público que en ediciones precedentes, lo que indica que la crisis, que en Ceuta también está instalada, durante estos días se notó menos, porque los ceutíes, con buen criterio, han dicho:” Tiempo hay para soportar esa losa que nos ha caído o nos han echado encima”.
 

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