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OPINIÓN - SÁBADO, 16 DE AGOSTO DE 2008

 

OPINIÓN / SNIPER

16. El Islam a la conquista del Maghreb (II)
 


José Luis Navazo
yebala06@yahoo.es

 

Convertir o dominar?; ¿Cuál fue el paradigma de la expansión islámica?. Conquista no significaba islamización, no solo por causa de la relativa “tolerancia coránica” (por cierto, un gran avance para la época) hacia los pueblos del Libro, judíos y cristianos, sino por razones más prosaicas y muy de éste mundo: el pago de impuestos, cuyo principal ingreso procedía de las poblaciones no musulmanas sometidas. Azzuz Hakim es, una vez más, esclarecedor: “… este estado de estancamiento no estaba acorde con el espíritu belicoso del Islam primitivo, cuya difusión y extensión dependían en sumo grado de sus conquistas armadas”. Como concluye Bousquet, el hecho resultante es que “Después de un largo proceso, la Berbería va a ser totalmente islamizada y muy profundamente arabizada”. Un punto de inflexión es la fundación por Okba de la ciudad-campamento de Kairuán (alrededor del 670), en la actual Túnez. A semejanza de las posteriores bases coloniales europeas Kairuán era, además de un importante centro logístico de agrupamiento de efectivos, un importante foco de propagación del Islam. Llama la atención el hecho de que los árabes, en su rapidísima expansión, ubicaran en cada región conquistada su principal fortaleza al borde del desierto. Y es que el desierto fue -y es- para este pueblo algo más que su tierra de origen: es el lugar desde el que saltar sobre otros imperios, proteger sus flancos y el escondite ideal donde poder replegarse en caso de fracaso o acoso.

En cualquier caso y como apunta B. Rosemberg, “La conquista de África del Norte es muy diferente de otras conquistas árabes”: 1) La duración y dureza de la campaña, ¡setenta y tres años!, cuando Egipto y la España visigoda fueron sometidos en tres años, Irán (Imperio persa) en cuatro y Siria en seis…; B) Por otro lado y como señala W. Marcais, “En el siglo VII el país bereber rompe con occidente para acercarse a Oriente”, determinando con ello y hasta la fecha su futuro. C) Además, la conquista del Maghreb (y del resto del mundo) bajo la bandera del Islam, introduce una novedosa motivación para el futuro desconocida hasta la fecha: las guerras en nombre de la religión, algo inconcebible para una mentalidad “romana”; D) Finalmente y siguiendo a reputados historiadores como Pirenne, fue en última instancia la conquista árabe y no las invasiones bárbaras la que rompió y desgajó la unidad socioeconómica y cultural del mundo mediterráneo, hundiendo con ello el laborioso proceso unificador de la romanización. El Norte de África es apartado de la esfera europea y países profundamente romanizados, como España, se debaten en una lucha de siglos entre sus dos almas: la autóctona profundamente romanizada y la nueva, al-Andalus, encarada en gran parte hacia Oriente.

Saltando del pasado al futuro y cruzando por el presente, tras la breve historia que estamos narrando cobran significado las elegantes y sutiles palabras, cargadas de significado, del rey Hassan II: “Marruecos es como un árbol cuyas raíces se hunden en la tierra de África y que respira gracias a su follaje, que susurra movido por los vientos de Europa”. Hasta ahora el Maghreb había marchado al paso, no sin resistencia por parte de la etnia bereber, de Roma y sus herederos; con el Islam, penetra en otra órbita.
 

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