El personal me exige, más que
exigir me pide, porque eso de exigirme no es algo a lo que
le hago mucho caso, más bien ninguno, que continúe
escribiendo cosas de la feria de esas que tengo anotadas en
mí pequeña libreta.
Hombre, no es por nada, la feria se ha terminando y, por
supuesto, no tiene razón de ser seguir escribiendo cosas que
ya han pasado. La actualidad manda. Y el que manda, manda y
cartucho al cañón
Perdone que le interrumpa, jefe, pero no será qué usted no
quiere seguir con ciertas anotaciones. Y se está escudando
en la actualidad, para salir del paso y dejar dormir esas
cosas en el baúl de los recuerdos.
¿Tú, por qué no te callas y sigues disfrutando de tus
vacaciones, sin meterte donde nadie te llama?. Hemos estado
en la feria, te he invitado y decidimos, de muto acuerdo,
que estarías con la boca cerrada, sin meterte donde nadie te
llama. ¿Me equivoco o estoy en lo cierto?.
No se equivoca, jefe, el personal quiere marcha, pues déle
marcha. A usted qué más le da escribir de un cosa que de
otra. Además que tiene usted toda la libreta llena de
anotaciones, incluidas las tapas. Venga, jefe, no se haga
usted de rogar y déle una alegría al personal. Al fin de
cuentas, con los que compran el periódico y le leen.
Lo siento, enano, pero hay anotaciones que tengo que
reservarlas hasta que llegue el momento de darlas a conocer.
Lo único que me queda por contar es que, fui a cenar con
toda mi gente, nos atendieron de película y, encima, no digo
lo que tuve que pagar porque, para mí personalmente y en
persona, fue un auténtico regalo.
Esas son las ventajillas que tiene usted, al tener amigos en
la feria que, más o menos, disfrutan viéndole sentado en su
caseta y le cobran, como usted mismo ha reconocido, nada y
menos. Así da gusto de ir a la feria e invitar a la familia
a cenar.
No te pases, enano, cuando me siento en algún lugar sólo
espero que me sirvan bien y nada más. No pretendo que me
inviten o me hagan una rebaja. Mí dinero tiene tanto valor
como el de otro cualquiera. Lo que no puedo evitar es que
alguien, por las razones que sea, tenga una deferencia con
mí persona. No soy como todos esos que ganan una pasta
gansa, y se mandan hacer los trajes sin bolsillos. Eso,
todos ellos, que haberlos haylos, pertenecen a la pandilla
de los “gañotes”.
Jefe, perdone, pero me da la sensación de que se está
haciendo el loco y yéndose por las cereros de Úbeda, para no
decir nada de lo que tiene anotado en la libreta. Tiene,
usted, más habilidad que Maradona con el balón en los píes.
Pedazo de regatee que acaba, usted, de hacerme. No, si al
final lo voy a tener que felicitar.
Perdona, enano, no era mí intención el buscar una salida a
nuestra conversación para no hablar de esas anotaciones. Es
que sólo pienso en que me quedan pocos días para irme de
vacaciones. Pero, como soy bueno, voy a dar otra exclusiva,
atiende “A la presidencia regional del Partido Popular, no
se presentará más que una candidatura” ¿Cómo te has quedado,
enano?.
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