La Ciudad Autónoma, su Gobierno,
ha anunciado que será en 2009 cuando inicie la batería de
medidas conducentes a que, por fin, la ciudad y sus
ciudadanos comiencen a ‘apasionarse’ por el reciclaje como
mejor medida de civismo y de compromiso con el Medio
Ambiente. Pero, evidentemente hace falta, mucha falta que
los medios estén perfectamente alineados con las
intenciones. Una política de reciclaje, que es absolutamente
necesaria en los tiempos en los que nos encontramos [y ya
vamos tarde], implica disponer de contenedores distribuidos,
bien distribuidos por la ciudad y que éstos sean bien
utilizados por los ciudadanos en sus correspondientes bolsas
de distintos colores, o por el medio que se disponga. Pero
el vidrio debe ir a lo del vidrio, los plasticos a otro
sitio y lo biodegradable a su lugar.
Por eso, la intención la tiene ya diseñada el Gobierno y
anuncia que será a partir de 2009. Pero ya es noticia el
hecho de que se ha preparado el sistema para la recogida
selectiva de aceites usados y se ha conveniado con una
empresa ceutí la gestión de este material. La misma empresa
con la que se ha establecido un acuerdo para la recogida,
almacenaje y traslado de los neumáticos usados. Todo bajo
los más estrictos controles de seguridad al tratarse de
materiales peligrosos y, éstos últimos, potencialmente
combustibles.
Hasta la fecha los neumáticos se gestionaban con excesivas
irregularidades. En Medio Ambiente hace falta converger con
lo dictado por la Unión Europea y en ello se está. Bien es
cierto que la especialísima conciencia medioambiental se ha
despetado hace una escasa década y ha cogido a casi todas
las administraciones un poco a contrapelo.
Las soluciones no llegan de la noche a la mañana, pero ver
que los pasos se van dando hacia una verdadera gestión y de
concienciación medioambiental ya es un logro que, sin
embargo, no debe hacernos bajar la guardia, ni los brazos de
un trabajo que debe seguir avanzando en beneficio de la
sociedad y de las futuras generaciones. Una tarea que debe
encabezar la Ciudad Autónoma. Que, por cierto, ya lo está
haciendo.
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