El helicóptero Super Puma apenas ha sobrevolado en sus años
de vida el Estrecho de Gibraltar. Era la primera vez,
además, que se acercaba al continente africano para realizar
una misión. En su estómago, este inmenso insecto, albergaba
1.700 kilogramos de ayuda humanitaria que las hermanas de
las Adoratrices, por medio de la ONG SOS Infancia, se
encargarán de enviar al país vecino, es decir, Marruecos.
Cada uno de estos insectos gigantes, de cinco toneladas de
peso, le cuesta al Estado más de 3.000 millones de pesetas.
Esta obra de ingeniería le permite transportar hasta 9.000
kilogramos de carga, pero la de ayer no pudo sobrepasar los
1.700 debido al volumen de la carga.
Otra asociación de ayuda humanitaria, Remar, fue la
encargada de trasladar la mercancía en una furgoneta hasta
el Sardinero, donde residen estas monjas. Esta asociación
está compuesta por al menos ocho personas en la ciudad
autónoma y se extiende por 62 países; su proyecto más
importante en la zona es la construcción de un orfanato en
Tánger.
El capitán Harriero pilotó la aeronave desde Sevilla hasta
Ceuta, adonde llegó una hora después de levantar el vuelo en
la capital andaluza. Junto a él se situaba otro piloto y un
especialista en mecánica de aeronaves. Este helicóptero
puede transportar un máximo de 20 personas y un equipo de
tres personas y dos tiradores según qué misión.
En el helipuerto de Viña Acevedo hubo una gran expectación
para recibir a este Super Puma, siendo bastante alto el
número de militares que se dio cita, aunque no se personó
ninguno de los dos generales, al encontrarse inmersos en
otras tareas en la ciudad.
El cargamento irá destinado a personas necesitadas del
Estado vecino, de Marruecos. Las hermanas Adoratrices
pidieron al Ejército la ayuda en el transporte de esta
mercancía, algo a lo que accedió el Jefe de Estado Mayor del
Ejército.
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