Vivir desde fuera esta apasionante competición (Las
Olimpiadas) es sin dudax emocionante para la mayoría de los
españoles que tenemos depositadas nuestras esperanzas en
conseguir la tan ansiada medalla, por los deportistas quue
nos representan en los diferentes deportes.
Los que podemos presumir de hermanos olímpicos, como es mi
caso, por la participación de dos de mis hermanos en las
Olimpiadas de los Angeles, Seul y Barcelona, así como la
convocatoria de uno de ellos para participar con 16 años en
Moscú, los dos en la modalidad de Penthalón moderno. Una
moalidad en donde España no participa en Pekín por ser un
deporte de mucha especialización y poco respaldo federativo.
Esta sensación agridulce que tenemos todas las familias
cuando los deportistas olímpicos se han dejando la piel en
la competición y no se han traido la tan codiciada “presea”
no es nada deportiva porque el valor de una participación
olímpica va más lejos de la medalla y el dinero que se
obtiene por ella hoy en dia, no en las Olimpiadas de hace
años, sino por representar a tu nación en el deporte en el
que en esos momentos eres campeón de España y con el nivel
internacional conseguido durante la época de 4 años anterior
a las Olimpiadas que te darán esa oportunidad única de
luchar con representantes de otras naciones al mas alto
nivel para conseguir las ansiadas medallas.
El deporte en España del penthalón moderno y la
participación en tres Olimpiadas van unidos a mis hermanos
Edu y Jorge y a mi padre ya fallecido, así como a la ciudad
autonoma de Melilla que los vio nacer como grandes
deportistas.
Desde Ceuta les envio mis más cordial felicitación por este
logro.
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