Este Agosto trae consigo el
cartelito de “tórrido”, cuando uno pasea bajo Helios, y de
vez en cuando da la vuelta al mencionado cartelito y esta
vez se puede leer “húmedo”. Las madrugadas en Ceuta traen
consigo un relente que deja a uno tiritando de frío a la vez
que sudando a mares cuando está dormido desnudo en la cama.
Siempre ocurre a las cuatro de la madrugada, ¿por qué?
Esta humedad ataca solapadamente las zonas de circulación
del aire. Resultado: neumonías, bronquitis aguda, narices
chorreantes, etc.
No me extraña que la ciudad esté a la cabeza del dudoso
ranking nacional de tuberculosis.
Mientras en China todo el mundo se divierte y hace deporte,
aquí en Ceuta juego con una china de la playa de Benítez. El
muermo se ha apoderado de la ciudad tras el paso
centrifugado de la Feria y entre el Parque Mediterráneo,
alguna escapada al Hacho y un recorrido por las playas del
norte (Benítez, Calamocarro, Benzú, etc.) a bordo de “Satelis”,
que es como se apellida mi moto, trato de matar el tiempo
sin ese odio que se está destilando en ciertos países del
Este de Europa y que mata a seres humanos.
De vez en cuando nos reunimos algunos ceutíes-catalanes, que
pasan unos días en la ciudad, delante de sendas cañas, que
no tienen nada que ver con “Las Cañas” del PP, y debatimos
temas de actualidad y no tanta actualidad.
Uno de estos ceutíes-catalanes, buen amigo mío que me hace
muchos favores a través del móvil, siempre anda cargado de
libros, libretas y libretillas. Ignoro como se las apaña
para conseguir tantas piezas bibliotecarias, aunque sospecho
que tiene un “negro” en algún rincón de la ciudad.
Hemos hablado de muchas cosas, entre ellas destaca lo del
perejil que comimos con las ensaladas, en referencia a ese
otro Perejil punto de encuentro de las más estúpidas teorías
nepomucenas.
Entretanto visito un centro dedicado al ocio de cierto
sector exclusivo de la ciudad. Centro de ocio que no puede
envidiar ni al mejor de España. Centro de ocio sufragado por
el Estado, a través de uno de sus múltiples tentáculos
secretos, como una manera de mantener calmas ciertas aguas
antes de que golpeen con la fuerza de sus olas las bases
inseguras de una dirección harto complicada.
Saludo a militares españoles, pero de religión musulmana,
que aseguran que antes de disparar un arma contra sus
hermanos de sangre prefieren desertar…, respuesta a una
pregunta sobre una hipotética guerra de perejiles aguados.
Volviendo al centro de ocio, no puedo creer que tanto
esplendor sea puesto a favor de unos pocos. Desde pista de
tenis sobre hierba exclusiva; campo de futbol sala con pista
de hierba, artificial creo; zona infantil que la ciudad debe
tomar nota; guardería al servicio de los socios; pista de
baloncesto para los socios más largos, digo altos; piscina
de esas de quítame esas pajas con otra infantil doble con
tobogán acuático incluido; zona de relax y solarium que
pondría los dientes largos a la mismísima dirección del
Parque Mediterráneo; una espléndida vista de todo el
estrecho que marea…, hasta disponen de un aparcamiento
exclusivo y requeteguapo.
Con todo ello, no me extraña que algunas mujeres vayan
alborotando la ciudad… es muy doloroso desprenderse de
ciertos privilegios.
Otro de estos ceutíes-catalanes, amigo mío también, no para
de dar vueltas a proyectos y más proyectos para “su” Casa de
Ceuta. Anda por la ciudad de manera bastante inquieta y no
para de atusarse el bigote tipo mariscal Petàin. Se
comprende esta postura, el chaval (bueno, si podemos llamar
chaval a un cincuentón) se desvive por su asociación y por
su familia.
Hemos visitado la Santa Sede de la Ser en Ceuta, bueno eso
de santa sede es invento mío al confundirla con la COPE,
sucesora de aquella Radio Ceuta, eso creo, en la que mi
padre tomó no pocas veces la palabra con su magnífica voz,
esa voz que a mí me falta y con la que más de un gallo se
cabrearía. Si mi padre no fue a más, era un buen locutor y
un más que magnífico actor de teatro, era debido a los celos
de mi madre. No lo dejaba hablar si habían señoritas
delante.
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