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El hecho de detectarse
desviaciones significativas y con visos de permanencia en
algunas variables de las contempladas en un presupuesto
puede llevar a un replanteamiento general de los objetivos
marcados, ya que no cabe la posibilidad de introducir
acciones correctoras; por ello resulta recomendable definir
varios escenarios posibles en la evolución de estas
variables (optimista, realista y pesimista), con el fin de
adaptarse a los cambios que realmente se produzcan, con
estrategias previamente definidas. Lógicamente, si
contemplamos escenarios distintos, los objetivos también
serán distintos para cada uno de ellos, siendo éstos más o
menos ambiciosos en función de que el escenario sea el
optimista o el pesimista. Pero esto es lo que marca el ‘abc’
en la elaboración de cualquier presupuesto. Sin embargo el
asunto no es tanto la desviación presupuestaria, que puede
producirse en cualquiera de las variables, sino en la
disposición de liquidez, que sí la hay. Este es el principal
argumento por el que el Gobierno, si bien plantea con
preocupación la desviación en el Capítulo I, muestra su
tranquilidad porque se podrá responder a la citada
desviación.
El interventor “cumpliendo con sus obligaciones y tal como
hace de forma periódica”, señaló el presidente, comunicó al
consejero de Hacienda y a los servicios de Personal cuál era
la situación del Capítulo I, al que, según Juan Vivas, “se
está prestando una especial atención y seguimiento porque el
Capítulo I es el más importante dentro del presupuesto de la
Ciudad”.
Pero no debe confundirse falta de liquidez con falta de
presupuesto, porque la liquidez es la situación de la
tesorería, es decir, el efectivo con que cuenta el
Ayuntamiento para hacer frente a sus obligaciones, mientras
que el presupuesto son las previsiones que se hacen todos
los años de cara al gasto que va a haber en los distintos
capítulos. Así que la situación quedará subsanada con la
aprobación en el próximo Pleno de la segunda modificación de
crédito con el que quedará nutrido el Capítulo I... y
situación solventada.
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OPINIÓN / EDITORIAL
