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OPINIÓN - LUNES, 11 DE AGOSTO DE 2008

 
OPINIÓN / Diccionario Ideológico del Islam

Allah (2)

Por J.L. Navazo


La base primigenia del Islam es la firme creencia en Dios, Allah, un Dios Único (“lâ ilâha illâ allâh”) sin cuyo concepto rigurosamente monoteísta no podemos entender nada de la civilización islámica. Para los musulmanes Dios es su razón de ser, polarizando de forma absoluta todo su pensamiento, teórico y práctico, que engarza directamente con el Dios de las otras religiones reveladas dentro del tronco abrahámico, Judaísmo y Cristianismo, con las que hay conexiones lingüísticas y doctrinales en la Torá y los Evangelios. Para los antiguos árabes paganos de La Meca los “áliha”, plural de “ilâh”, eran las deidades que adoraban, siendo reservado el nombre de Allah para designar la deidad suprema creadora, si bien algunos teólogos musulmanes (entre otros Sîbawai y Algacel) consideran que Él mismo (Dios) se ha nombrado así en el Corán, con lo cual el nombre no procede de ninguna derivación anterior. En el mundo musulmán no existe una sola línea teológica, si bien Dios es considerado de forma absolutamente trascendente destacando el concepto de “Tawhid”: Unidad y Unicidad; Dios a semejanza del Judaísmo es Uno y no tiene Personas a diferencia del Cristianismo, quien en su evolución adoptó por influencia griega el Dogma de la Trinidad. En la Sura 112 del Corán encontramos los principios dogmático-teológicos del Islam: “Dí: Él es Allah, el Uno. Allah, el Señor Absoluto. Ni engendró ni fue engendrado. Y nadie le es comparable”. Es decir, Dios es Único, Eterno, Sin Nacimiento, Sin Descendencia, Sin Igual. Dios no existe, Dios Es y es el Dios no solo de los musulmanes, sino también de los judíos y los cristianos. El nombre de Allah/Dios tiene cinco significados: “Quidám”: Él es anterior a lo primero, no se hizo, siempre fue; “Baqá”: Él es Él después del después, Eterno, Él siempre será; “Wahdaniyyah”: Él es Único, sin asociado ni semejanza, la causa de todo. Todo está en torno a Él, todo nace y muere por su orden; “Mukhalafatun il-hawádith”: Él es el Creador, sin ninguna semejanza con lo creado; “Quiyám bi-nafsihi”: Él es autónomo, comunicándose con el hombre (Mahoma) a través de un ángel (Gabriel/Yibrîl). Según la Tradición son 99 los “Bellos Nombres de Dios”, totalmente definidos, si bien corrientes místicas como el Sufismo los elevan a 100, siendo éste incognoscible soliendo definirse como “El Nombre Inmenso” (ism al-‘Azam), común también en el esoterismo judío. También suele llamársele Señor (Rabb). El místico hispanomusulmán Ibn Arabí escribió una famosa y polémica obra sobre “El secreto de los nombres de Dios”. Por lo demás y en general, los musulmanes creen también que toda la Humanidad podrá verle el Día del Juicio (Yawm Al-Dîn). Siguiendo al Corán, es posible hacer una exégesis de la idea de Allah según los tiempos cronológicos de la Revelación, pero suele ser rechazada por los eruditos musulmanes que consideran ésta como un todo (Noche del Destino). Para la filosofía musulmana, “La Falsafa”, Dios es un misterio al que es posible acercarse pero imposible conocer, logrando algunos autores (Averroes) introducir criterios racionalistas, mientras que otros (el persa Omar Khayyan) se aproximan de forma alegórica y abstracta. “Yo era un tesoro oculto y quise ser descubierto. Por eso hice la Creación”, dice un famoso hadith. La Unidad de Dios era la divisa de la dinastía bereber de los Almohades, “Al-muwahhiddun” (1130-1269), mientras que el popular término español “Ojalá” revela una honda raíz islámica: “Inch’ Allah”.
 

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