La isla de Perejil va a
convertirse nuevamente en protagonista a lo largo de la
semana que está a punto de entrar. Y todo porque un
elemento, o varios elementos reconocidamente anti españoles
que profesan la nacionalidad marroquí están elevando el tono
de sus ‘acciones civiles’ aprovechando entre otras, el que
el gobierno del país vecino esté ocupado por un partido
ultra nacionalista y deba silbar para no darse por aludido
ahora que con España, Marruecos empieza a reencontrarse.
Ante estas circunstancias, y en tanto el nuevo partido
marroquí nacido del nido del gran amigo de Mohamed VI, Fouad
El Himma, y denominado ‘Autenticidad y Modernidad’, no cubra
las expectativas palaciegas tras la fusión de cinco partidos
políticos para hacerse con el control, estos ‘azotes’ vamos
a tener que estar soportándolo para disgusto de España y los
españoles. No sabemos si a la monarquía alauí le supondría
estas acciones desde su país algún quebranto o preocupación.
De nuevo, las voces idiotizadas de estos ‘pirómanos’
incontrolados pueden acabar con la paciencia del Gobierno de
España, que demuestra con los vecinos un nivel elevadísimo
de la misma y ha soportado con estoicismo los sucesivos
cortes fronterizos que los ‘vecinos’ han realizado, sin
dificultades, sobre el paso hacia Melilla. Acciones que ya
han anunciado repetirán en el Tarajal.
España es uno de los principales inversores en Marruecos;
España es el país que proporciona cada año mejores servicios
a los marroquíes en su tránsito veraniego; España acoge
inmigración marroquí y con Ceuta y Melilla atiende
sanitariamente [oficiosamente] a sus residentes tetuaníes y
de Nador, amen de ‘proteger’ los derechos de sus menores
‘huidos’ a ambas ciudades sin progenitores conocidos; España
sigue siendo paciente cuando sólo, a modo de cabreo, podría
ocurrírsele, por ejemplo, reconocer oficialmente al Frente
Polisario como legítimo heredero de aquel Sáhara que
abandonó a hurtadillas y retroceder así décadas de avance
marroquí sobre aquella ex región española. Pero seguro que
el monarca, que es de largo, el más sabio de los que
ostentan o dicen ostentar poder, no permitirá que nadie le
estornude.
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