Además de Patrona y Madre de toda
la población ceutí.
Es, sin lugar a dudas, más que un mero símbolo, es la
representante, sencilla y la protectora a ultranza de esta
ciudad, en los momentos que más lo necesite. Me refiero a
Nuestra Señora de África.
Sin quererlo ella, eso es claro, la noche del martes fue la
verdadera protagonista, el centro al que se dirigieron miles
y miles de miradas, en su marcha procesional, desde el
atardecer.
Centenares de ceutíes y de otras personas venidas,
expresamente para ello, siguieron la procesión, de esta
Virgen Morena, que durante todo el año se está
“preocupando”, está mirando los pasos de cada uno de los
hijos de Ceuta.
Estos ceutíes, los que estaban aquí ese día, vinieron a
agradecer la protección de que viene haciendo gala, por
parte de la Virgen, a todo lo que atañe al pueblo de Ceuta.
La procesión de Nuestra Señora de África es una fiesta
especial. Es el momento clave en el que se muestra el fervor
y el cariño por parte de todo un pueblo a su patrona.
España, mal que le pese a más de uno, en cada pueblo, grande
o pequeño, tiene una protectora, una madre que cuida y se
preocupa de sus hijos, lejos de los revoltijos con los que
actúan los políticos.
Y ante la Patrona, todos son iguales. Aquí es mirado
exactamente igual el que quiere dejarse ver sobre los demás,
que aquel que humildemente pide lo más imprescindible.
Por eso, en cada pueblo, la fiesta mayor no es la de la
Comunidad Autónoma, por ejemplo, que se ha convertido en un
parche político en el que muy pocos creen. La fiesta mayor,
debo repetirlo, es la de la Patrona, que con sencillez, sin
aportar lujos como se dan en otras solemnidades y con gran
seriedad, une por un día o por unas horas a todos los
habitantes del pueblo en torno a ella.
En Ceuta, ciudad española hasta la médula, su patrona,
también, está por encima de todo lo demás y ya es
significativo el que, en estos momentos, en los que parece
que todos los signos de la más pura tradición católica,
empiezan a estorbar a ciertos sectores de la política,
cuando ha llegado este día, al atardecer del día 5 de
agosto, un tremendo gentío arropara, durante toda la
procesión, a la Virgen de África.
Las modas de los políticos pueden tener sus días o meses en
alza, el sentimiento de las raíces profundas de la formación
de los pueblos, no puede ser arrancado por falsas promesas
de pseudoprogresismo que se queda en eso, en pseudo, sin
verse jamás lo del progreso.
Ahora que tanto se habla de protagonismo, por marcar un gol,
pedalear mejor que los otros, dominar la raqueta en la
hierba o en la tierra, como nadie, hubo unas horas en las
que los habitantes de Ceuta se olvidaron de eso, dejaron
todo ello de lado, para hacer protagonista de una noche
festiva de ferias a la Virgen de África.
Y no marchó en procesión de cualquier forma, puesto que
desde hace trece años la Virgen, Nuestra Señora de África,
sale en procesión llevada por unos devotos costaleros que
avanzan con lentitud, como queriendo retrasar el momento en
el que debe volver a su iglesia.
Y es que, con la vuelta a esa iglesia, Nuestra Señora de
África, allí va a permanecer todo el año, bendiciendo y
protegiendo a Ceuta y a todos los ceutíes, sean de la raza o
de la cultura que sean.
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