Saco mí pequeña libreta de color
morado, no digo azul se vayan a creer algunos que es la
celebre libreta de Aznar, que el personal es muy mal
pensado. Repaso lo que tengo apuntado, en la misma, con
relaciona la feria.
Me río con ganas al leer el primer renglón donde tengo
anotado “la cara que pusieron, algunos gachés, cuando me
acerqué a saludar al delegado del Gobierno”. Oiga, por mi
santa, las caras eran todo un poema. Ni te cuento, serrana
del alma, la que habrán puesto cuando hayan leído que me
quiero tomar un café con el delgado. Y el máximo del asunto
hubiese sido, si aprovechando que estamos en feria me da por
cantar esa sevillana que dice: “blanca y azul / blanca y
azul / la bandera de mí Huelva / blanca y azul”.
Ante todo esto disfruto como un cosaco. Por cierto, no sé
cómo disfrutarían los cosacos, pero como todo el mundo dice
la frase, pues yo también la digo. ¿Pasa algo?. Lo único que
pasa es la saliva por la garganta, Bueno, a alguno, ni eso
por el nudo que se les formó, que hasta les impedía tragar.
Y eso que cuentan con unas buenas “tragaderas”.
Sigo buscando en mí pequeña libreta de anotar cosas de la
feria, y me encuentro con una nota que dice “feria
paralela”. Al principio, como está hecha a vuela letra, no
caigo por qué he realizado esta anotación.
Me asomo a la ventana de la cocina y miro el jardín donde
están los baños árabes, así como la calle Galea, ambos
lugares están tomados por la juventud. Enseguida me acuerdo
de la razón que me había llevado a poner semejante nota en
mí pequeña libreta. Allí, en esos lugares se estaba
celebrando una feria paralela.
Jamás había visto tal cantidad de chavales jóvenes reunidos,
celebrando nuestras fiestas patronales, alejados del recinto
ferial. Lo debían estar pasando “bomba” por la algarabía que
habían montado. Oiga, aunque alguno no se lo quieran creer,
me entraron ganas de bajar y participar en aquella
extraordinaria fiesta de la juventud. Juventud divino
tesoro.
Igual, el próximo año, les montamos un pórtico de entrada y
una iluminación extraordinaria, en ambos lugares, para que
su celebración no carezca de nada. Toma nota, del asunto, en
mí libreta de anotar cosas para proponérselo a quien haya
lugar. Seguro que no van a aceptar, pero que conste en acta,
que por mí parte no va a quedar.
Me pregunto si, todos estos chavales que estaban celebrando
las fiestas patronales, en semejantes sitios, bajarán al
recinto ferial. Probablemente, cuando se hayan tomado par de
“pelotazos”, se pongan contentos, se dirigirán a una de las
mucha casetas de la juventud, para pegarse un par de bailes.
¡Peazo de feria se van a pegar todos ellos!.
Arranco la primera hoja de mí pequeña libreta, donde ya no
tengo nada más anotado para comentárselo a ustedes. La pobre
mía es tan sumamente pequeña, que con cuatro notas de nada,
tengo que cambiar de hoja.
Hoy bajaré al recinto ferial a seguir anotando cosas que
contarles. Estoy pensando comprarme una libreta mayor.
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