PORTADA DE HOY
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sucesos - VIERNES, 8
DE AGOSTO DE 2008 |
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Vicente Torres y Manuel Salazar. m.z. |
tribunales
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Imputan homicidio imprudente
a dos cirujanos plásticos del
hospital Pascual |
La
ceutí Encarnación Salazar falleció
el 1 de abril a raíz de dos operaciones estéticas en
el centro médico malagueño
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CEUTA
Rober Gómez
ceuta@elpueblodeceuta.com |
El magistrado del Juzgado Nº 13 de Málaga ha imputado por un
presunto delito de homicidio por imprudencia profesional a
los dos cirujanos plásticos de la clínica privada malagueña
Pascual, donde acudió la ceutí Encarnación Salazar el día 6
de noviembre de 2007 para realizarse una liposucción y una
reducción de pecho, falleciendo el 1 de abril tras un
calvario clínico a raíz de dicha intervención.
Según parece, uno de los médicos –el otro se acogió a su
derecho a no declarar– reconoció ante el juez que
Encarnación sufrió al menos dos perforaciones en el
intestino durante la liposucción, pero mantuvo que el
tratamiento que recibió a continuación fue el correcto.
Como no podía ser de otra forma, el marido y el hermano de
la fallecida se muestran satisfechos de que se vaya a
investigar lo sucedido y de que tras las primeras acciones
del magistrado, como suponían, se haya imputado el delito de
homicidio por imprudencia a los dos cirujanos. “Además,
ahora tenemos un informe previo forense por el cual ya se
observan algún tipo de irregularidades”, explicó Manuel
Salazar, hermano de Encarnación.
No obstante, Manuel opinó que el juez “podía haber
profundizado más en la declaración del cirujano Carlos
Bueno, porque hay muchas cuestiones que no se aclaran y
otras en las que divaga y sigue mintiendo”.
“Creo que ante el juez ha incurrido en perjurio, porque está
mintiendo”, opinó el hermano de Encarnación, quien, no
obstante, recordó que el proceso no ha hecho más que
comenzar y que se abrirá ahora un largo calendario judicial
con el que espera se esclarezcan los hechos.
Los allegados han conocido tras esta primera fase de
instrucción un informe que desconocían por completo, como
que hubo una cuarta operación, una laparatomía de colon que
se realizó sin el consentimiento de la familia y que “se ha
ocultado”.
“Tenían la obligación de mandar los trozos de intestino a
una clínica patológica para que los analizasen; y de las
cuatro operaciones sólo hay tres informes y dos de ellos no
se corresponden con la operación efectuada a mi hermana”,
lamentó Manuel.
“Aparecen dos trozos de asas intestinales, uno lleno de
material purulento y otro con sangre coagulada”, explicó, lo
que indica que “estuvo seis días con una peritonitis sin que
se la detectasen”.
“La operan cuando ya está muy grave y la dejan 60
centímetros de intestino”, indicó el hermano de Encarnación,
quien espera que el juez aclare hasta el fondo lo sucedido
en el Hospital Pascual.
Para ello, Manuel confía en que el informe definitivo de los
forenses, especialmente el toxicológico y una segunda prueba
de los trozos de intestino, arroje más luz sobre el trágico
suceso.
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“No hay duda de que hay un corporativismo médico mal
entendido”, lamenta el hermano de la fallecida
Manuel Salazar, hermano de
Encarnación, se mostró satisfecho por la imputación de ambos
cirujanos, ya que “la dificultad que hay para imputar a un
médico es bastante importante”. De esta forma, Manuel ve una
“puerta” para depurar responsabilidades por la muerte de su
hermana, que ingresó para realizarse dos operaciones
plásticas y falleció meses después tras un cuadro clínico
que se fue agravando a raíz de las intervenciones. No
obstante, a juicio del hermano de la fallecida, al
responsable último no se le ha tomado declaración, ya que
“la misión de los cirujanos plásticos acaba cuando finalizan
la intervención y no detectan la peritonitis, pero el
responsable del paciente es un médico intensivista de
Medicina Interna”. Según afirma Manuel, el propio cirujano
Carlos Bueno, en su declaración ante el juez, apuntó al
doctor Rivas, quien “resulta ser el director de la clínica”.
“Es el verdadero responsable, el que tenía que haber llevado
a un médico nefrólogo”, señaló, especialista con el que la
clínica no parecía contar en su plantilla. El hermano de
Encarnación confía en que el juez tome declaración al
director del centro y le impute también si tiene
responsabilidad. Por todo lo sucedido, Manuel no duda de que
existe a nivel general un “corporativismo médico mal
entendido”. Así, Salazar tiene comprobado que “si llamas a
varios cirujanos plásticos para preguntarles, en cuanto
conocen lo que ha sucedido se niegan en rotundo a comentar
nada”. De esta forma, a juicio de Manuel, “este
corporativismo lleva a proteger a médicos que no deberían
estar en la profesión”.
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