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OPINIÓN - JUEVES, 7 DE AGOSTO DE 2008

 

OPINIÓN / ESCRITOS CABALLAS

A mi Jesusito
 


Javier Cherllarám
javiercherllaramt@elpueblodeceuta.com

 

Nos creiamos que iba a ser un Afriquito, pero al final es un Carmino digase esta expresión porque mi nieto que se esperaba fuera para nacer en plena Feria Caballa, se adelantó antes de que paseara por la calle y por la bahia, la Reina de los Mares.

Fue la pasada madrugada del mes de Julio, de un dia diez, mi Barbara llamaba a su madre, mama ya estoy rompiendo aguas y es que mientras preparabamos los bolsos y los avios, la vida es una cadena, es el ciclo sin fin, 18 años despues la historia se repetia, si antes iba a nacer mi hija, que era la que ahora se estaba poniendo para dar a luz. De camino para el Hospital, me venian a la cabeza tantas epocas y recuerdos de cuando era chiquita, mi yerno venia detrás en el otro coche, todos al Hospital. Nuestro clinico como siempre el nido de bote en bote, las parturientas en fila de a dos, la noche movidita, y es que Ceuta a la cabeza de la natalidad porque eso de los partos no tienen fronteras…

Los moviles echando humo, llegan las bisabuelas tomando posiciones, mi madre Rosi con su veterania, empieza a tirar de galones, a todos les entra el nerviosismo porque viene antes de tiempo, mi Gema ya piensa en las cosas que faltan por llevar a casa, hay que ir recogiendo de la casa de Yaya, el carro, de la abuela Victoria la cuna, la abuela Paca está con Nati y tiembla de emoción, La Nati se encuentra entre dos mares de dudas.

Va llegando la tarde, las calores salen suspirando por las ventanas de la sala de espera, Gema y yo nos cogemos de la mano y subimos a esperar noticias de alguien en los pasillos. Sale el Dr. Atila en su chapurreo de ingles y español, nos dice que una joven de pelo negro y ojos azules, ha dado a luz a un niño a las cinco y media de la tarde, estan descansando y el padre del niño, Jesús sale chorreando sudores, repartiendo abrazos con la emoción. Damos la noticia y la sala es una explosión de júbilo y alegria. Por fin abuelos nos gritan las bisabuelas, van subiendo a pares a ver al niño y su madre. Natalia habla con su hermana y pregunta por Jesusito el recien nacido.

Cargando con ilusión de principiante, llevo a casa la cunita y los colchones, pasado un dia, los recojo y vamos a casa, la abuela Paca repite recorrido de regreso como hizo 18 años antes, al llegar al barrio lo cojo en su capazo y ante la mirada de los vecinos , vamos a casa querido nieto, que la vida vuelve a empezar y otra vez escucho tus muecas, tus llantos y tus biberones, hacen que me quite años. En tu cunita ya esta el peluche de la cabrita de La Legión, te acompaña desde tu cuna. Cada vez que me voy a trabajar y regreso a casa, me acerco a su cunita y lo veo juguetear con sus manitas y sus ojos azules, o soñar con las manos cruzadas, no se lo que será o lo que me traerá si La Legión , la Artilleria como sus padres o la Marina como su abuelo, solo le pido que quiera a su tierra Ceuta la que le vio nacer, como la quiere su abuelo.

Ahora aparte de mis hijas reparto mas besos porque me acuerdo de mi Jesusito. Mis amigos y familias, los colegas de verdad, me han colmado de besos y regalos, detalles abrazos y gestos bellos de emoción, algunos los del montón no han sido ni para coger el telefono y felicitarme. Que contento estoy de ser abuelo, y que mi nieto Jesús es tan chulo que como se adelantó un mes, es porque ha nacido cuando le ha salido de los cojones. Para terminar con nuestra nueva situación en la vida de las jerarquias familiares, el otro dia fue el de los abulos, decian que era la imagen del mayor, no lo soy tanto, mi Paco Manchen se emocionaba esuchando la radio y sabia que al otro lado del Estrecho, en Ceuta estaba yo con mis 40 años y joven abuelo.

Mi Gema y yo hemos corrido tanto para vivir tan poco. Los abuelos,bien lo sabemos, lucharemos por ellos, estaremos a la puerta del colegio, en las meriendas, cuidaremos de sus cosas, haremos el maximo empleo de nuestras vidas y los protegeremos casi y mas que nuestros hijos, y siempre tendremos el alma en vilo, aunque muchos de nosotros los abuelos, acabaremos en el asilo.
 

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