Ceuta es una ciudad cuya realidad
se circunscribe en sus escasos 19 kilómetros cuadrados por
tanto, tarde o temprano cualquier actuación ejercida dentro
de sus límites es conocida por la ciudadanía y con mayor
énfasis, las noticias relativas a acciones presuntamente
fraudulentas. Los 76.000 habitantes que nos relacionamos en
nuestros puestos de trabajo, lugares de diversión y
recreación, en las instalaciones deportivas, en los
comercios o en cualquier lugar de reunión nos confiere un
conocimiento exacto de lo que hace nuestro convecino por
tanto, reservar cualquier tipo de información se convierte
en un ejercicio imposible emergiendo a la luz pública
apresuradamente.
El sistema feudal nacido en Sicilia que explotaba a miles de
campesinos mientras una minoría gozaba de privilegios
constituyeron los inicios de la mafia que junto a la falta
de protección por parte de la administración dieron paso a
la utilización de tácticas mafiosas para la consecución de
los objetivos marcados pues bien, esas mismas estrategias
son utilizadas por algunos empresarios ceutíes del siglo XXI
ante la indefensión manifiesta de sus damnificados.
La llegada al mercado local de nuevas empresas en cualquier
sector económico suscita el comienzo de las hostilidades
siempre en perjuicio de la ciudadanía en general que sufre
las consecuencias de esta guerra sucia. Muchos son quienes
reciben las visitas de los “gabellotti” o recolectores de
impuestos con las nuevas pretensiones de los “Capofamiglia”.
Circunstancias que jamás son denunciadas ante las
autoridades competentes por las consecuencias negativas que
conllevarían a los damnificados.
No obstante, la ciudadanía conocedora de la utilización de
estas malas artes y principal perjudicada de este tipo de
actuaciones debería reaccionar inmediatamente actuando en
consecuencia por el bien general. Los ceutíes no debemos
permitir la presencia en nuestra sociedad de quienes
quebrantan las reglas de la convivencia y en particular, de
quienes interfieren alterando fraudulentamente las leyes de
la oferta y la demanda.
En definitiva, los ciudadanos de Ceuta principales
agraciados por la llegada de nuevas empresas a los
diferentes sectores comerciales ampliando ostensiblemente
las ofertas existentes deberíamos actuar en consecuencia
atajando la presencia de quienes interfieren
fraudulentamente en el normal desarrollo del intercambio
comercial.
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