Creo que a estas horas, muchos de
Vds. ya me conocerán lo suficiente, muchos de Vds. saben
ahora que soy muy observador -¡ojo!, no confundir con
conservador- y me gusta mucho tomar instantáneas de dos
formas: con la cámara fotográfica y con el bolígrafo. Aunque
a veces peque de ser un poco egocéntrico.
Llegará un día en que se me ocurra confeccionar un álbum
fotográfico con las más peregrinas instantáneas que he
tomado a lo largo de mi estancia en la “ciudad más limpia de
España”, Palmera de Plata de 2008, y primera ciudad en el
mundo que ofrece gratuitamente contenedores personales para
pipas de girasol.
Ignoro si el ataque de manía que le ha sobrevenido a Yolanda
Bel sobre la limpieza proviene de mis innumerables artículos
de opinión, publicados en “El Pueblo de Ceuta” desde que
“tropecé” con José Antonio Muñoz, y en los que escribía
sobre la suciedad de la ciudad, o es una idea que le ha
venido a nuestra Concejal de improviso, sacada del armario
de las ideas que suelen tener toda gente avispada.
Muy bien que se preocupe por las ordenanzas sobre las
playas; castigar al amo del perro que lo lleve al agua
después de obligarle a recoger su caca, la del can no la del
amo, y depositarla en los flamantes contenedores de cacacan.
Lo malo es que un vecino del Morro o del Príncipe tenga que
recorrer media ciudad para depositar la correspondiente caca
de su perro en los contenedores ubicados lejos de su
domicilio, so pena de recibir una multa de un despistado
guardia.
Todo ello está bien, lo de preocuparse por la limpieza, pero
no estaría de más que vigilaran un poco con más celo a los
feriantes, que no todos, desafectos al aseo.
Las de veces que observo a ciudadanos y ciudadanas chinos y
musulmanes, soltar por su boca un asqueroso y vomitivo
escupitajo cual auténticas bombas ambulantes de apelotonada
saliva mezcladas con espantosos mocos…, se me sube la cólera
más allá de la razón. Sobre todo cuando el blanco de sus
escupitajos está a escasos centímetros de donde juegan niños
y niñas.
También sería bueno que apostara a policías locales en las
inmediaciones de las fuentes de la Avda. de la Marina. ¿Por
qué?, porque ciertos ciudadanos de ojos rasgados las
utilizan como fregaderos de sus platos y lavaderos de sus
ropas. Más de tres veces los he pillado, y tres ya suman
mucho.
También sería de agradecer que los responsables de la
distribución de los tenderetes “sueltos”, sí, esos que son
simplemente sábanas o mantas extendidas por el suelo, los
colocarán en lugares que no estorbaran el flujo de personas
que van y vienen a y de la feria. Muchas miradas asesinas se
cruzan entre los propios ceutíes que llegan al estrecho paso
creado por esos vendedores de baratijas y, supuestamente,
sin permisos en regla.
También sería de besar la mano si prohibiera tajantemente la
mendicidad. No simplemente por la misma mendicidad sino
porque las personas que usa esta “profesión”, apestando lo
suyo, insisten una y otra vez en su intento de conseguir
almoneda y dejando a comensales y “comensalas” sin apetito a
causa del tufo que impregna la hasta entonces romántica
atmósfera que rodea el escenario de una comida o una cena.
Me molesta mucho, más que molestar me duele, ver todos los
días a una niña acompañado de un niño más pequeño
recorriendo los bares de la ciudad, sobre todo en la Gran
Vía, tratando de vender collares, dvd’s y demás tonterías
cuando no pidiendo limosna, que es lo que hace la mayoría de
las veces.
La madre anda cerca vigilándolos. ¿No existen leyes sobre
protección de menores?, entonces ¿a qué esperamos para
ponerlas en marcha?
Si todo lo que he relatado ocurriera en El Príncipe (los
dos) o en Benzú no haría caso, de tan cansado como estoy de
que nuestras autoridades se dediquen en cuerpo y alma al
centro de la ciudad y por ello, al menos, espero que hagan
algo por “su centro”.
Sugerencia: entregar por la mañana temprano a todos los
mendigos y mendigas “fichados” 50 euros diarios a cuenta de
los Presupuestos destinados a los contenedores de pipas,
para que dejen de molestar a los ciudadanos y ciudadanas y
para que se duchen con “Palmolive”, al menos. Las pipas
molestan menos, los de la limpieza deben ganarse sus sueldos
¿no creen?
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