Aparente (y afortunadamente)
superado el temporal político y electoral que zarandeó la
realidad de las relaciones entre la Comunidad Autónoma de
Andalucía y la Ciudad Autónoma de Ceuta durante los últimos
veinticuatro meses, la próxima visita de Manuel Chaves y
parte de su equipo de Gobierno de la Junta al otro lado del
Estrecho con motivo de la celebración, dentro de tres
semanas, del Día de Ceuta, debe servir para refrendar y para
demostrar que en este asunto no cabe que el diferente color
político de ambas administraciones afece al desarrollo y a
la salud de la relación especial consagrada por sus
Estatutos de Autonomía que une a las dos regiones (y a
Melilla).
El largo tiempo que la Ciudad Autónoma de Ceuta y la Junta
de Andalucía llevan trabajando en los acuerdos especiales
que presumiblemente rubricarán en septiembre es el mejor
aval de que su contenido estará pensado para el mejor
beneficio de ambas comunidades.
Así se concretará la promesa que la presidenta del
Parlamento andaluz María del Mar Moreno cuando visitó,
apenas una semana ante que Zapatero, la ciudad. La
socialista aseguró entonces que en el Estatuto reformado
habría margen para “seguir estrechando la colaboración con
Ceuta” y esbozó los caminos por los que podría transitar esa
mejora. “En sanidad se puede seguir avanzando y mejorando.
También en educación, en comercio, en economía, en
innovación y desarrollo...”, enumeró la representante
política.
Ahora toca que los Ejecutivos que presiden Manuel Chaves y
Juan Vivas sepan encontrar cuáles de estos campos son los
más fecundos para sembrar de forma conjunta semillas de las
que las dos regiones puedan obtener frutos provechosos.
Andalucía tiene mucho camino recorrido y gran experiencia en
múltiples facetas, de la que la más obvia tal vez sea la
turística, pero Ceuta también puede ser importante para la
comunidad del norte, máxime teniendo en cuenta sus enormes
intereses e inversiones en el país vecino.
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