Sólo queda un año para que el terreno de la parte nueva del
cementerio musulmán se agote y pase al pasado y a la vida
eterna. Para ello, la Ciudad va a disponer de los terrenos
que tienen los conocidos hermanos Muñoz, ubicados entre
medias de los dos cementerios actuales, para ampliar la zona
de enterramiento musulmán. Estas obras comenzarán en los
próximos meses, para que estén finalizadas en menos de un
año.
Pero antes hay que solucionar otro problema, y es el del
acceso a la zona más baja del cementerio nuevo, a la que uno
puede descender con paciencia y con aguante físico. Pero qué
sucede con aquellas personas más débiles, por la edad o por
cualquier minusvalía. La Consejería de Sanidad asfaltará una
calzada que rodee el cementerio por la zona de Sidi Embarek
y con una amplitud mayor al camino de grava y tierra actual.
Además, ya en la zona baja se dispondría un recinto de
aparcamientos y una rotonda, con el fin de regular la
circulación en la entrada y salida de vehículos. Se acabaría
así con el polvo y el mal estado de un camino que en la
actualidad se utiliza, pero que no reúne las condiciones
precisas para la seguridad. Para finalizar, también se
colocarían unos bancos para descanso de los visitantes.
Según comunicó Hamido Mohamed, asesor de la Consejería de
Sanidad, sólo falta la rúbrica del directo de Fomento,
Francisco Navas, para que se inicien las obras. “Tenemos
mucho interés en arreglar esto, porque son muchas las
personas”.
Uno de los encargados del cementerio habló del cambio
positivo que ha recibido en los últimos años un cementerio
cada vez más transitado. “Esto antes parecía el amazonas”.
Selimo es la persona que controla este santuario. El nuevo
cementerio servirá para enterrar a varias generaciones de
ceutíes y se prevé que albergue los cuerpos de los
musulmanes durante los próximos 50 años.
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