Hay dos momentos, a lo largo del
año, sumamente atractivos y queridos por los ceutíes, en
primer lugar, por ser antes, su Semana Santa y a
continuación, en los primeros días de agosto, su feria.
En esas fechas, además de estar toda Ceuta en fiestas, son
muchos los visitantes que se acercan a nuestra ciudad, para
vivir, según ellos, unos momentos que no se pueden repetir
en otras partes.
Ahora mismo, desde el pasado sábado, estamos metidos de
lleno en la feria y el movimiento de personal de aquí y de
fuera es grande. Se están viviendo los instantes más movidos
del año en la Ciudad.
Sin embargo, el pasado viernes llegaron, es un decir, 28
subsaharianos que, desde luego, cuando iniciaron su camino
no pensaban ni en Ceuta, ni mucho menos en sus ferias, que
posiblemente no sabían que fueran en estos días.
Estos 28 subsaharianos, 14 hombres, 11 mujeres y 3 menores,
dos de ellos bebés, estaban perdidos y a la deriva a 2
millas de Ceuta.
Estos subsaharianos, somalíes, gambianos, nigerianos y
sudaneses ocupaban una de las dos pateras, que parece que,
habían partido muy temprano desde las costas de Marruecos.
La intención era llegar a la Península, una vez más, en
busca de “ el dorado”, que cada vez existe menos en estas
tierras.
Parece que la embarcación en la que iban, únicamente,
marroquíes llegó a su “destino” (ya es casualidad) que en
este caso fue una playa de Chiclana. La otra, en la que iban
personas de tan distintas nacionalidades, debió perder el
motor en medio de la travesía.
Era el comienzo de lo que en casos similares termina en una
tragedia, y que en esta ocasión terminó un poco mejor por la
capacidad y la entrega de las personas que pertenecen a
estos organismos de Salvamento, además de por la suerte de
que las condiciones del mar fueran medio favorables.
Y hay un hecho que ayudó a salvar a estos 28 inmigrantes,
como es el que en torno a las nueve de la mañana uno de esos
inmigrantes lograra contactar telefónicamente con
emergencias.
Era el primer aviso que ya ponía en pie de alarma a estos
servicios ayudados, en parte, por la situación que se daba
en esta llamada:”Estaban a la vista de unos molinos de
viento”.
La llamada (perfectamente preparada, es difícil hablar aquí
de casualidades) daba para una mejor localización, con lo
que Salvamento Marítimo y un helicóptero se podían dirigir a
la zona de Tarifa.
Tras una actuación, como siempre, ejemplar, sobre las doce y
media el Servicio Marítimo de Ceuta se dirigió al punto
exacto en el que se había localizado la patera, y una hora
más tarde estos inmigrantes llegaron al puerto de Ceuta en
la embarcación de la Guardia Civil.
Salvo tres mujeres que tuvieron que ser atendidas en el
hospital del Ingesa, todos los demás fueron atendidos en el
mismo puerto. Luego fueron colocados en el CETI.
La embarcación en la que iban 28 personas tan sólo tenía 4
metros de eslora. ¿Quién proporciona esas embarcaciones?
¿Quién controla y maneja todo ese movimiento? ¿Qué
materiales se utilizan?. Y lo que más me gustaría saber es
cuanto había pagado cada uno de esos “pasajeros” por
intentar un viaje si retorno, y sin la mínima seguridad. ¿Se
está trabajando en serio para averiguar de donde parten los
que organizan estos “viajes”?
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