Permanece ese olor a historia de antepasados que mucho
tuvieron que decir en la ciudad de Ceuta. Las piezas, únicos
testigos del ayer, relucían dentro de las vitrinas, y su
brillo atraía las miradas de todos los presentes.
Después de muchos años de enclaustramiento, el Museo
Catedralicio vuelve a ser una cita obligada para los
turistas y residentes de esta tierra, y todo gracias a las
reformas que varios expertos en Bellas Artes y Museología
han realizado hasta conseguir la reapertura de la galería
eclesiástica, que tuvo lugar en la tarde de ayer. A la cita
acudieron, entre otras personalidades, Juan Vivas,
presidente de la Ciudad, Mabel Deu, consejera de Educación y
Cultura, y aprovechando el motivo de estas fiestas, el
Obispo de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, Antonio Ceballos.
“Para mí es motivo de alegría la celebración de la Santísima
Virgen de África y la apertura del Museo Catedralicio, que
expresa los tesoros escondidos de la Iglesia de Ceuta en
arte, cultura y piezas de gran valor”, comentaba al respecto
monseñor Ceballos.
Durante la visita guiada por Francisco Ganfornina,
licenciado en Bellas Artes e involucrado en la restauración
de la salas, se pudieron observar las reliquias que se
conservan en la Catedral. La primera sala salvaguarda, entre
otras piezas, esculturas, vestimentas y cantorales,
destacando la figura de Santa Rita, los ángeles y varas de
plata del S. XVIII, utilizadas en las fechas del Corpus. La
segunda sala, ascendiendo las escaleras, atesora importantes
piezas de orfebrería y libros de gran importancia histórica
y religiosa, tales como la biblia dedicada a Felipe II, y el
Libro Verde, que data de 1580 y contiene los Estatutos de la
Catedral y la firma de todos los canónicos habidos en Ceuta
hasta la fecha.
Aunque las paredes y cortinas lucen de otro color, y los
distintos elementos que conforman el museo dan otro aire a
la sala, “todavía quedan varias modificaciones que realizar,
que en poco tiempo esperamos que concluyan”, explicaba
Ganfornina.
El Museo Catedralicio abrirá sus puertas al público una vez
pasadas las festividades de la Virgen de África, de martes a
sábado, desde diez de la mañana hasta la una del mediodía.
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