Ubicado en un añejo pabellón del Hospital Militar, el Banco
de Sangre de Melilla permanece en constante actividad para
hacer posible que la solidaridad de quienes realizan sus
donaciones, permitan seguir regalando vida a quienes lo
necesitan. El Banco, obligado a autoabastecerse por la
distancia con la Península y sus más de 1.700 donantes
activos, vive en una permanente campaña de información y
captación de nuevos donantes, acciones que deben reforzarse
en verano cuando las vacaciones pueden mermar las reservas.
A nivel nacional se habla también de escasez de donaciones.
La llegada de las vacaciones estivales crea cierto
desasosiego en el Banco y la Hermandad de Donantes de Sangre
de Melilla, motivado por la salida de la ciudad de un buen
número de afiliados, por lo que todo el personal permanece
en alerta. Un equipo humano integrado por la doctora Saida
Al Farhani, las administrativas Manoli Martínez y Nuria
Reyes, y las enfermeras Inmaculada Guzmán y Alicia Esteban.
Todas ellas, siempre con una sonrisa en la boca y una
palabra amable, se encargan del funcionamiento de estas
dependencias que se ubican en un antiguo centro hospitalario
que pide a gritos una reconversión.
Mientras Manoli y Nuria actualizan las fichas de los 1.768
donantes censados, la doctora Saida atiende a uno de esos
anónimos melillenses que no dudan en acudir al centro para
realizar su contribución, con la que se podrá salvar la vida
a un importante número de personas. "Donar es un acto
altruista, generoso y voluntario", asegura la doctora Saida
Al Farhani, "una acción que salva vidas". Según dijo, existe
un control exhaustivo de la sangre que se transfunde a un
paciente, así como del donante.
Cualquier donante debe cumplir tres requisitos básicos:
tener más de 18 años, pesar más de 50 kilos y considerarse
sano, especialmente no padecer enfermedades infecciosas
(VIH/Sida, Hepatitis B y C, sífilis, etc). También está
desaconsejado donar en el caso de personas que usen drogas
por vía parenteral o a través de la piel, o aquellas
personas que usen esteroides u hormonas. Asimismo se aplica
una moratoria de medio año en la donación en el caso de
personas que hayan sido intervenidas quirúrgicamente en los
últimos seis meses, o que hayan viajado a países donde
existen enfermedades endémicas como el paludismo, o en el
caso de tatuajes o piercings.
El candidato a donante se somete a una entrevista en la que
se constatan los hábitos saludables de vida y estado físico
de la persona. Seguidamente se le realiza una completa
analítica. "La persona que dona tiene la doble satisfacción
de saber que está sano y que su contribución ayudará a otras
personas". Tanto durante la donación como al final del
proceso, el donante es atendido por los responsables del
centro.
Al término de la extracción se le facilitan líquidos y
dulces y se aconseja no practicar actividades físicas
importantes durante unas horas o fumar al menos durante
media. Según explicó, los hombres donan cada tres meses y
las mujeres cada cuatro. El tiempo de extracción durante
entre cinco y diez minutos y puesto que sólo se extraen 450
mililitros frente a los más de siete litros de sangre que
puede tener un donante con más de 50 kilos, "la cantidad es
minúscula".
La sangre se somete seguidamente a pruebas de hemogramas,
serología y bioquímica para determinar que no porta virus o
cualquier antígeno que pudiera ser patógeno para el paciente
transfundido. Después se separan en concentrado de hematíes
con una vida media de 42 días, plasma (duración de un año) y
plaquetas, con una vida máxima de cinco días. El Banco de
Sangre cuenta con una oficina para las entrevistas de la
hematóloga, una sala de extracción con cuatro sillones, un
laboratorio de análisis, una sala de congeladores en la que
se mantiene en cuarentena las extracciones durante seis
meses, un gran recibidor-sala de recuperación y las oficinas
de la Hermandad de Donantes.
Pero el Banco de Sangre y la Hermandad de Donantes son algo
más que un edificio, es una demostración palpable de lo que
la solidaridad humana puede ofrecer. Los donantes se sienten
parte de una gran familia, arropada por profesionales
concienciados y amables que saben valorar en su justa medida
el importante papel que juegan quienes no tienen reparos en
dar parte de sí mismos, por el bien de otros sabiendo que en
el fondo, todos salimos ganando.
Entrando en datos estadísticos, en 2007 se realizaron 1.519
donaciones, 220 más que en 2006. También se incrementó el
número de nuevos donantes, pasando de los 138 conseguidos en
2006 a los 174 del pasado año, que permiten que actualmente
la Hermandad disponga de 1.768 donantes censados y en
activo.
Por sexos, las donaciones de hombres suelen superar a las de
las mujeres, por las limitaciones que les supone la
menstruación. En concreto, existe un 64,2 % de donantes
hombres, frente a un 36,1 % de mujeres. Continuando con las
estadísticas del Banco, de los 1.768 donantes activos en los
últimos tres años, el 41% son melillenses entre los 18 y los
30 años, el 42% tiene entre 31 y 46 años, y el 16% restante
corresponde a melillenses entre 46 y 64 años.
Pero el Banco y la Hermandad de Donantes realizan una labor
continuada a lo largo del año, acción que ha permitido que
en los seis primeros meses de 2008 se hayan producido 102
nuevas altas en el censo de donantes y que se hayan
realizado ya 668 aportaciones.
Los interesados en recibir información o inscribirse como
futuros donantes pueden hacerlo llamando a los teléfonos 952
67 50 51 y 952 67 45 45. El deseo de todos los integrantes
del Banco es cambiar de sede, trasladarse al Cuarto Centro
de Salud, pero por el momento no se ha concretado fecha para
esta operación.
Miedos y desinformación
Un reciente estudio elaborado por la Organización de
Consumidores y Usuarios (OCU) entre 1.350 españoles,
arrojaba como conclusión que el 46 por ciento de los
españoles considera que no está bien informado acerca de la
donación de sangre. De ahí que se mantengan también tabúes y
miedos ilógicos sobre la donación de sangre, tal como
reconoce también la doctora Saida Al Farhani.
La encuesta de la OCU muestra que en España hay 36 donantes
por cada mil habitantes, una cantidad que, según señalan los
expertos, obliga a depender de las importaciones de sangre.
En este sentido, la Federación Española de Donantes de
Sangre apunta que la cifra idónea sería de 45 personas por
cada mil habitantes, y destacaron que para llegar a esta
cifra sería necesario animar a los dos tercios de las
personas que, según la encuesta de la OCU, no han donado
nunca.
Entre las razones por las que el 65% de los encuestados por
la OCU no han donado sangre nunca se encuentra la falta de
información. Según los resultados de la encuesta, el 40% de
las personas afirma que no ha visto ni escuchado nada
durante el último mes sobre la donación de sangre. Además,
señalan que otro de los motivos para no donar es el miedo a
las agujas.
En cuanto a los aspectos positivos recogidos por la OCU
destacan la invitación por carta (43%), o ver un aviso en un
lugar público (33%). La higiene y la profesionalidad de las
personas que les atendieron también se encuentran en los
puntos positivos, pero, sin embargo, la información vuelve a
ser el punto discordante, ya que sólo un 20 por ciento de
los donantes recuerda haber sido informado de los riesgos y
un 33 por ciento de los beneficios. Además, el 22 por ciento
no firmó consentimiento informado o no recuerda haberlo
leído. Respecto a la falta de información, la OCU indicó que
un 8 por ciento de los encuestados cree erróneamente que es
fácil coger una infección al donar sangre, por lo que
subrayó que "es importante que se traslade el mensaje de
que, actualmente, todas las donaciones se realizan con
material desechable y en condiciones de asepsia".
Por ello, la organización considera necesario llevar a cabo
más campañas divulgativas, ampliar horarios y mejorar las
instalaciones de donación, difundir cuántas vidas se salvan
gracias a la donación de sangre -ya que la primera
motivación de los donantes es la solidaridad-, e insistir en
la lectura y firma del consentimiento informado.
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