Hay una canción que dice: “España
tiene un verbo / que se escribe con la ar / Españolear,
españolear“. ¡Que bonito es españolear!. Por supuesto que el
infinito ar tiene muchos más verbos que el españolear, entre
otros el aclarar, cuyo gerundio es aclarando. Y eso es lo
que vamos a hacer, aprovechar este gerundio para dejar las
cosas en su justo lugar evitando, con ello algunos errores
que se puedan cometer. Me explico.
Hace algunas fechas, no muchas por cierto, en el Salón del
Trono del palacio Municipal, la organización de la feria de
la construcción decidió, en un acto presidido por el
presidente de la Ciudad Autónoma, Juan Vivas, entregar los
correspondientes diplomas a las empresas y trabajadores que
habían participado en la segunda Feria de la Construcción.
“La Peña del Ladrillo”, esa peña de amigos, qué no sé y sigo
sin enterarme por qué soy el presidente de la misma,
seguramente porque soy el más viejo de sus componentes, y
alguna ventajilla tenemos que tener los viejos, hace par de
años decidió recuperar la feria de la Construcción en
nuestra tierra, sin esperar por ello prebenda alguna, sólo
el hacer algo por esta tierra que nos vio nacer, recuperando
una de sus tradiciones.
Hay que tener en cuenta que nuestra tierra fue sede, a nivel
nacional, de un concurso de albañilería que,
tradicionalmente, se celebraba en el transcurso de la Feria
de la Construcción. Es nuestra ilusión, conseguir, un siglo
de estos que, nuestra tierra, sea sede a nivel nacional de
ese concurso de albañilería.
Si el primer año fue un éxito la Feria de la Construcción,
el segundo año, ha desbordado todas las previsiones, en
cuanto a participación de empresas y cuadrillas de
concursantes, mucha venidas desde la Península y muchas
otras cuya solicitudes para poner sus stands, nos llegaron
tarde y fue imposible atenderlas, como hubiese sido nuestro
deseo, prometiéndoles un lugar en la próxima celebración.
La repercusión del éxito de esta segunda Feria de la
Construcción, ha llegado a todos los rincones de nuestro
país, donde una revista especializada en el tema, nos dedica
seis páginas. Cosa que “La Peña del Ladrillo”, promotora de
la recuperación de este evento, ha sabido agradecer en
nombre de nuestra tierra.
“La Peña del Ladrillo”, es una reunión de amigos, donde
caben todos los que quieran sentarse a tomar una cerveza y
charlar de lo divino y de lo humano, sin mayores
pretensiones que la buscar algo, sin pedir nada a cambio,
que pueda beneficiar a nuestra tierra.
Por supuesto que en la mencionada peña, en esa que caben
todos los que lo deseen, cada uno de nosotros tiene sus
particulares ideas y distintas opiniones a la hora de hacer
valoraciones sobre cualquier tema que salte a la palestra.
Todas las opiniones son igual de respetables.
Lo que si podemos asegurar, para todos aquellos
politiquillos que creen que tenemos apetencias políticas, es
que pueden dormir tranquillos.
Nuestras únicas apetencias, es vernos cada día, charlar de
lo que se encarte y que nos toque la primitiva. Amén
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