El relieve de las orillas de la Ribera y el Chorrillo ha
variado este año. Dos barras de acero inoxidable se adentran
varios metros en el mar rematadas por unas boyas de color
amarillo. O se adentraban, en el caso de la Ribera, ya que
las barras fabricadas en un material tan valioso duraron
tanto como lo que tarda en bajar una marea. Una motivación
más para seguir instalando servicios en Ceuta.
¿Y cuál es la razón de la presencia de estos elementos en
principio incoherentes con los arenales? La Consejería de
Medio Ambiente presentó un nuevo programa para posibiliar el
baño a las personas que tengan movilidad reducida. La
iniciativa fue presentada a concurso y la empresa Almina
Rescue ha sido la encargada de gestionarlo durante este
principio del periodo estival: “Tenemos a cuatro o cinco
personas aquí en el tercer espigón del Chorrillo que son
habituales pero esperamos que aumente esa cifra ya que hasta
ahora el servicio no es muy conocido”, comentó el gerente de
Almina Rescue, Miguel Martínez. El servicio está al final de
la playa, junto a la explanada de aparcamientos de Juan
XXIII. Dos banderas azules señalan el lugar.
Una señora tomaba apaciblamente el sol en las tumbonas que
la empresa tiene junto a la caseta que le sirve de centro de
operaciones y una chica, casi no se le veía desde la orilla,
se ejercita los brazos a la altura del balizaje acompañada
por dos trabajadoras de la empresa. “Me siento la reina de
la playa” dijo, una vez en tierra firme, mientras los
familiares y los ayudantes reían la ocurrencia. Con el día a
día, los lazos han ido más allá de la mera labor social.
Para ayudar a introducirse en el agua a los que requieren el
servicio Almina Rescue cuenta con una silla de ruedas hecha
con fibra que flota sobre el agua. Los bañistas siempre
están acompañados por dos trabajadores de la empresa. El
artilugio “tiene mucho éxito aquí en el Chorrillo, en la
Ribera se utiliza más unas muletas adaptadas a la playa que
son más versátiles cuando la orilla se llena de gente”. Las
muletas están hechas de un material inoxidable y su final
está rematado con un pie circular especialmente diseñado
para no hundirse en la arena.
A Miguel Martínez se le ve ilusionado con el proyecto, algo
que no esconde: “Este es un trabajo bonito, con el que te
vas lleno a casa y con la sensación de que has hecho algo
bien”.
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