Parece que es el bombón con el que
los políticos avispados obsequian a su parroquia para tener
aseguradas unas próximas elecciones.
El electorado queda contento y el político, con una
legislatura más en sus alforjas, se asegura una
extraordinaria pensión en el futuro.
Van por rachas las diferentes “golosinas” que atraen al
personal para votar al nuevo, o para seguir votando al que
antes estaba.
Lo malo es cuando esas “golosinas” no llegan, ni con los que
están ahora, ni con los que hubo anteriormente. Entonces
llega la decepción, la indecisión y la victoria, como tantas
veces, es para el más desvergonzado, para el más mentiroso,
o para el más cacique, que de todo hay “en la viña del
Señor”.
En el tiempo que llevo de vacaciones en mis tierras
castellanas hay dos provincias que “están que arden” con la
alta velocidad.
Por un lado Ávila, que aunque tuvo un presidente de Gobierno
en los inicios de la democracia, Adolfo Suárez, no permitió
ningún trato de favor a su tierra y más que favorecerla
propició que quedara arrinconada en asuntos como este.
Por otro lado Salamanca, que aun siendo una de las puertas
de Portugal se encuentra con que sus trenes no han superado,
en puntualidad y en velocidad, a los de los años 70.
Están que trinan los salmantinos y como muestra de ello
recojo varias líneas de editoriales de la prensa charra en
los últimos días:” La altura de los políticos y responsables
de organizaciones se mide por su capacidad de respuesta ante
los problemas que afectan a sus representados. Con ese
baremo podemos confirmar que la calidad profesional de los
dirigentes salmantinos se mantiene en un nivel record de
ineptitud”.
El saludo no puede ser más caluroso y eso cuando se están
refiriendo única y exclusivamente a un tipo de comunicación,
auténtico caballo de batalla estos días.
Ante esto y encontrándome alejado de Ceuta ¿Qué podríamos
decir de nuestra Ciudad, con ese mismo problema de la
comunicación, aunque sea en barco, en ves de en tren?.
La respuesta se la darán a sí mismos los propios políticos
que han dejado pasar años, décadas y más décadas para seguir
igual que estábamos.
Aquí, en Ceuta, estamos hartos de oír palabras bonitas, a
veces frases que con “gangosidad” o sin ella no las entiende
ni el que las está pronunciando, en tanto que otros no se
manifiestan y se dicen a sí mismos “vengan días y caigan
ollas” que yo me he asegurado una ya cercana jubilación de
“maharajá” y os veré de aquí a pocos años desde la otra
orilla.
En Salamanca dicen que los grupos del PP en el Congreso y en
el Senado han denunciado en público las deficiencias,
mientras el PSOE mira para otro lado.
En Ceuta podemos decir que, desde hace años los
representantes en el Congreso y en el senado son del PP, y a
alguno en los cuatro años que estuvo no se le oyó decir
“esta boca es mía”, a los otros se les oye pero ..., “como
si llueve”, y cuando en otros tiempos la representación fue
del PSOE, pues lo mismo o igual.
En Salamanca hay quienes piensan, desde las instituciones,
que la ciudad se promociona sola, en Ceuta ni siquiera eso,
porque ya sería el colmo de la desfachatez pensarlo
únicamente, cuando cada día son menos los visitantes que
vienen por no haber solucionado aún el principal problema,
el coste del barco
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