El pasado 7 de julio se descubrieron en el acceso de la
Puerta de Fez de las Murallas Meriníes los restos de una
segunda entrada en el conjunto monumental oculta bajo dos
metros de tierra. La posibilidad había sido intuída hace ya
algo más de un año por los arqueólogos del proyecto.
Tras las excavaciones realizadas para realizar el nuevo
hallazgo, el miércoles se convocó una reunión para definir
cómo se podía poner en valor la zona, protegerla y ofrecerla
al público. “Estamos manejando varias soluciones de
pavimentación de suelo, de poner en valor la propia
estructura que ha aparecido y, sobre todo, que no se rompa
el aura del monumento”, indicó el arquólogo municipal,
Javier Arnaiz. También se debe establecer el tipo de
iluminación que alumbrará a las Murallas Meriníes y el
sanemiento.
La pavimentación que se quiere escoger para la nueva base,
dos metros más profunda, de la Puerta de Fez quiere ser
coherente con el monumento, ya que se ha encontrado
secciones del pavimento original en un estado de
conservación que “al menos permite adivinar el aspecto
original de las estructuras dando una información suficiente
como para reconstruir el perímetro” explicó el gerente de la
empresa Arqueotectura, José Suárez.
También se van a realizar acuaciones en algunos de los
torreones de las Murallas Meriníes. “Queremos que una de las
torres sea visitable a través de una escalera de caracol
para que pueda ser visitado el arco de la Muralla” explicó
Arnaiz. Uno de los objetivos es conseguir hacer un recorrido
pedagógico para que se puedan entender los hallazgos.
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