Continuación del quinto capítulo ofrecido en el diario de la
jornada de ayer martes.
Por último, y a modo de conclusión, en la fase actual del
yihadismo en Europa Occidental se advierte la tendencia a la
consolidación del fenómeno. Es decir, el islamismo radical
violento lleva camino de convertirse en un fenómeno
estructural de la Europa de los próximos años.
Continuando con el estilo conciso que hemos venido
utilizando a lo largo de este trabajo, tres son los pilares
de la continuidad –o, por el contrario, cambio de tendencia-
que puede experimentar el yihadismo durante al menos la
próxima década:
- Retórica yihadista y estímulos externos. Las
intervenciones militares en Afganistán y sobre todo en Irak;
el silencio político ante la actuación rusa en Chechenia; la
prolongación indefinida del conflicto palestino-israelí; las
relaciones políticas con los gobiernos de los países de
mayoría musulmana; la detención y encarcelamiento de
yihadistas en Europa; la expulsión de individuos, y
especialmente predicadores, radicales; los actos aislados de
xenofobia contra inmigrantes musulmanes, etc. Todo esto son
agravios objetivos o subjetivos que la propaganda yihadista
combina con sagacidad a la hora de ganar nuevos adeptos y
comprometer aún más a sus simpatizantes (Cozzens, 2005).
Como señalábamos en un párrafo anterior, desde el 11 de
septiembre se han multiplicado, tanto la propaganda
yihadista como la lista de agravios24. La experiencia del
tiempo transcurrido desde entonces demuestra que todo ello
acaba siendo asumido por los grupos que han planeado
atentados –o han logrado cometerlos- en Europa Occidental. A
medio plazo no se atisba un cambio sensible de tendencia en
este sentido.
- Instrumentalización de la creciente comunidad islámica en
Europa. Durante estos años también se ha hecho patente cómo
los yihadistas han aprovechado para sus fines la presencia
de un alto número de musulmanes en algunos países de Europa
Occidental.
Especialmente con el propósito de pasar desapercibidos,
obtener financiación y contactos, y en último término
reclutar para su causa. Aunque la inmensa mayoría de los
musulmanes que viven en Europa rechazan frontalmente los
atentados terroristas, es indudable que también una
proporción elevada de los yihadistas que militan en las
redes europeas proceden también de esas comunidades (Leiken,
2004).
Al mismo tiempo, la actuación de grupos no yihadistas pero
que predican una versión particularmente estricta del
salafismo (como, por ejemplo, algunos predicadores del
Tabligh, otros de tendencia wahabí, o algunos grupos
vinculados a Hermanos Musulmanes, aunque no necesariamente
todos en todos los casos) puede llevar con el
tiempo a la creación de estructuras sociales paralelas a la
sociedad europea (Mandaville, 2002). Esa situación, que ya
se produce en algunos puntos de Europa, podría volver más
permeables al discurso yihadista a las personas imbuidas en
dichos ambientes (General Intelligence and Security Service,
2004).
Son numerosos los ejemplos de personas que comenzaron el
proceso de ingreso en las redes de la yihad a través de este
tipo de asociaciones y redes informales (Sageman, 2004:
123-124; Louis & Taylor, 2002).
Al mismo tiempo podría generar una base social de apoyo
entre determinados sectores del islam europeo: algo que
resulta crucial para los yihadistas, ya que esos grupos
–como cualquier otra organización terrorista a lo largo de
la historia- no podrían existir sin un mínimo de simpatía
pasiva y respaldo entre la población (Crenshaw , 2001).
En relación con todo esto, Si existen fuertes dosis de
rechazo por parte de la sociedad de acogida hacia los
musulmanes europeos, el reclutamiento yihadista también
puede verse facilitado (Jordan & Boix, 2004). La xenofobia
dificulta la integración socioeconómica y genera un enorme
resentimiento en aquellos que la padecen. Es muy difícil que
una persona pueda llegar a sentirse miembro de un colectivo
del que se siente excluido por su religión o su origen
extranjero.
En los relatos personas que han acabado ingresando en las
redes de la yihad es frecuente que haya referencias al
sentimiento rechazo por parte de los europeos autóctonos (Moussaoui
& Bouquillat, 2003; Guendouz, 2002).
La ejecución de nuevos atentados como los de Madrid, Holanda
y Londres puede poner en marcha una espiral perversa de
rechazo y desconfianza mutua.
- Continuidad de vías de captación de probada eficacia. Hay
tres vías de captación que durante este tiempo han sido
utilizadas con éxito por los yihadistas: los lugares de
culto radicales, el proselitismo en las prisiones, y la
propaganda e intercambio personal a través de internet (Gerstenfeld,
Grant & Chiang 2003). En los tres casos la respuesta
antiterrorista ha sido reactiva, al tardarse demasiado
tiempo en tomar conciencia de la amenaza.
Sin embargo, actualmente estos tres canales de reclutamiento
son objeto de atención por parte de las agencias de
seguridad (De Vries, 2005); y del éxito o fracaso en
desbaratar esas estructuras de captación dependerá en gran
medida la aparición de nuevas redes en Europa Occidental.
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