Recorro, cada día, parte de la
ciudad en moto. No puede decirse que utilice las vías
públicas como pistas de velocidad porque apenas dan opciones
debido a los numerosos obstáculo que presentan en forma de
semáforos, pasos cebra, gente que cruzan la calzada sin
mirar apenas, socavones, calzadas mal pavimentadas, badenes
que hacen saltar los amortiguadores, etc. Mi moto no es de
trial. Ni por asomo.
Con esto quiero decir que la máxima velocidad a la que he
circulado es a 50 km hora, y por la carretera a Tetuán.
Aunque no niego que todavía corren por ahí algunos locos que
tratan de batir la barrera del sonido con sus coches y
motos… y no todos son gente joven.
Viene esto a cuento porque ahora el Gobierno se ha sacado de
la chistera un nuevo plan del ahorro y de la eficiencia
energética para el trienio 2008-2011.
Asegura, el ministro de Industria, Turismo y Comercio –el
sin corbata- que en tres meses reducirá la velocidad en un
20% en el acceso a las ciudades y vías de circulación de
gran capacidad… ¡más tortura para los conductores!
Bien está que lo hagan en los accesos y dentro de las
ciudades, pero hacerlo en vías de gran capacidad de
circulación ya es tortura de Tántalo.
Ese plan no ahorrará, desde luego, absolutamente nada.
Gastarán más gasolina por los frecuentes cambios de marcha,
arranques y paros. Contaminarán más la atmósfera porque a
marcha lenta más espeso será el humo de los escapes y mas
tiempo tendrán, esos humos, de mantenerse flotando a niveles
alarmantes para la respiración humana. Porque si un vehículo
suelta tal cantidad de gases a determinada velocidad, poco
volumen de gas quedará en una imaginario área de un metro
cúbico y por el contrario, si va a paso de tortuga, esa
imaginaria área de un metro cúbico tendrá tiempo de llenarse
al completo de gases.
No crean Vds. que voy a acatar eso: ir detrás de un coche
con mi moto, mejor dicho del tubo de escape de un coche, a
30 km/h, respirando el óxido de carbono que suelta hasta
caer muerto. Lo adelantaré limpiamente si es que el
conductor respeta las nuevas normas.
Ya verán cuando pongan el plan en marcha la de multas que
caerán… ¡como brevas!
Para “multa” la que ha recibido el periodista radiofónico de
la COPE, Federico Jiménez Losantos por injuriar e insultar a
José Antonio Zarzalejos, ex director de “ABC” a través de su
programa. La indemnización, de 100.000 euros, es una breva
demasiado grande ¿No creen? Y merecida además. Menos mal que
el tribunal no aceptó lo que pedía la fiscal. Nada menos que
600.000 euros.
Me cuidaré mucho de injuriar o insultar a nadie.
Ahí, forzosamente, reduciré la velocidad de mis críticas,
aunque no las dejaré si son lógicas. Faltaría más.
No se como son capaces de perder el tiempo, los políticos,
haciendo propuestas tan peregrinas como, por ejemplo, la del
coordinador general de IULV-CA acerca de darle nombre a
cuatro salas nobles del Parlamento andaluz. Tal vez trate de
adelantarse al plan de velocidad reducida y retarde
propuestas verdaderamente necesarias para resolver problemas
acuciantes de los ciudadanos andaluces. Aunque no se puede
negar que hace favores. Sobre todo al sacerdote Diamantino
García, cofundador del Sindicato de Obreros del Campo.
Estará orgulloso, allá donde quiera que esté, de ver un
monumento equiparable al del Ché Guevara, en Cuba. Aunque
sea con su nombre puesto en relieve en una de las salas.
A entender lo que quiere expresar Javier Arenas en su
propuesta al PSEO, IU y PA para que el Parlamento haga un
homenaje a los compañeros vascos que luchan por la libertad…
¿incluye a los separatistas que luchan verdaderamente por
“su” libertad?
Estos días de calor no opino sobre los políticos ceuties
porque ya se opinan ellos solos con esos tejemanejes de test
opositores, mezquindades directamente cargadas contra otros,
despilfarros millonarios en asesorías externas… ¿en Ceuta no
existen buenos asesores? Me presento voluntario, a ver si me
cae algún que otro milloncejo de nada y me salva de esta
crisis veraniega convertida en serpiente de verano.
Por último, agradezco sinceramente las palabras escritas que
me ha dirigido el Delegado del Gobierno, José Fernández
Chacón, me dan enormes ánimos para proseguir en mi proyecto…
yo se de qué escribo. Gracias. La “otra parte” ni se digna
contestarme… ¿qué le vamos a hacer?
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