Otro caso de falta de civismo en la ciudad. El antiguo
edificio que ocupaban la discoteca Stone y la cafetería La
Chimenea es alquilado ahora casi todos los fines de semana
para celebrar fiestas nocturnas. Los vecinos manifiestan que
el habitáculo no está insonorizado y que, por si fuera poco,
los ocupantes salen impunemente a la calle para seguir fuera
con la fiesta. El ruido imposibilita el descanso de los
vecinos.
Los vecinos de la barriada Benítez cuyas casas se sitúan
frente a la playa están molestos con el ruido nocturno, y es
que llevan siete años soportando la contaminación acústica
fuera de hora, según se indican en los decretos de la
Ciudad. Los propietarios de estas casas pretenden que se
cumplan las ordenanzas municipales, ya que es la única
manera de erradicar la movida que se produce en esa zona de
la ciudad, concretamente donde antiguamente se localizaba la
discoteca ‘Stone’ y la cafetería ‘La Chimenea’.
El origen del problema radica en el local. Este edificio se
encuentra sin uso a diario y el propietario lo alquila los
fines de semana para que se celebren este tipo de reuniones.
Sin embargo, según indicaron los vecinos, no existe ningún
tipo de acondicionamiento para celebrar estas
concentraciones nocturnas, ya que la insonorización, parte
fundamental del asunto, es nula. Pero la movida, además de
ocupar el edificio, también ocupa la calle.
Uno de estos vecinos comunicó que las fiestas están
prohibidas en los locales públicos a partir de las 3.00 de
la madrugada, mientras que en la calle debe cesar el ruido a
partir de la 1.00.
“En la feria, cuando pasan las 4.15 de la mañana ya está la
UIR (Unidad de Intervención Rápida) cortando el ruido, sin
embargo, en esta calle tenemos que soportarlo hasta las
6.00”, indicó uno de los vecinos, que no ve justo esta
discriminación. “Las fiestas se celebran un fin de semana sí
y otro no, y siempre tenemos que llamar a la Policía para
que interrumpan el ruido, porque necesitamos descansar y no
se puede. Mientras, en el Poblado Marinero, sí que hacen
inspecciones para que todo esté en orden”, aseveró.
Habrá solución
Después de todos estos años sufriendo el ruido, los vecinos
verán cómo el problema se erradicará, y es que el Estado
tiene previsto un proyecto de ordenación y recuperación del
borde litoral, por lo que locales con permisos caducados
pasarán a dominio público.
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