Hace muchos años,en una de mis visitas a Ceuta, le pregunte
a un grupo de viejos amigos y amigas: ¿ Habeis soñado alguna
vez con Ceuta ?
Todos coincidieron al responder: No nunca.
Estoy convencido de que si trasladase la misma pregunta, el
dia de la Virgen que estaré en Ceuta,a las jovenes
generaciones de “caballas”, me responderian en un noventa y
nueve por ciento, lo mismo que mis viejos amigos: No nunca.
Yes lógico porque el ceutí que vive en la Ciudad no tiene la
presión viva de los recuerdos. Su vida transcurre
encorsetada por los problemas del dia a dia, que en los
tiempos que corren y con la crisis comiendonos las suelas de
los zapatos ( que viejos tiempos en los que se decia las
suelas de las alpargatas) dan para mucho.
El dia a dia, es absorvente y cruel, poniendote frente a
frente de la cifra de parados, ochocientas personas mas en
Marzo, una pandemia endemica que me hizo emigrar hace
cuarenta años.
Yo si se soñar a Ceuta. Cuarenta años con mis recuerdos
frescos como los helados de la Ibense.
Es dificil soñar, lo admito, teniendo hipotecas que te
chupan la sangre como las chinches. O cuando observas desde
la lejania allende el mar, como unos españoles, que no se
sienten españoles,quieren dejar a toda costa de ser
españoles, mientras los ceuties tienen que estar en
permanente vigilia de patriotas, reivindicando su
españolidad para que no nos secuestren la historia.
Soñar Ceuta, es recorrer el paseo de Las Palmeras en el
recuerdo, esa sonrisa abierta al mar que quieren recuperar
ahora, para que vuelvan sus aires de habaneras con sabor de
malecón cubano.
Soñar Ceuta,es vivirla en el destierro, hasta la caña de los
huesos.
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