Decíamos ayer que, finalizado el
último pleno, a Ángel Javier Díez Nieto le quedaban
muchos días para poder sestear a discreción. Y que sólo
estaría obligado a prepararse muy bien la forma de
comportarse como miembro de la comitiva que habitualmente
arropa a Juan Vivas durante las Fiestas Patronales.
Le augurábamos también al viceconsejero de Recursos Humanos
un gran debú como integrante de ese séquito presidencial. Y
hasta nos dirigimos a Vivas recomendándole que haría muy
bien requiriendo, en los momentos donde los molestos
abrideros de boca le asediaran en el recinto ferial, la
presencia de Díez Nieto para que con su verbo preciso y
precioso, su adjetivo valiente, su burla suave y acerada a
la vez, y sus dichos que invitan a la risa, pudiera evitarle
esa jaqueca que en momentos claves de la noche se ensaña con
él por mor de la vulgaridad circundante.
En esas estaba yo, convencido de que tras la sesión plenaria
del pasado jueves, nada podría ya turbar la paz del Gobierno
ni de ninguno de sus miembros, salvo que surgiera un
escándalo de los no controlados por las autoridades, cuando
leo que el hampa urbana ha puesto en un brete a mi estimado
Díez Nieto.
Ha ocurrido algo que nos recuerda mucho a ese mundo de
Rinconete y Cortadillo que tanto hemos leído. Que se ha
roto, de la noche a la mañana, una cierto pacto entre
ladrones a escala urbana, precisamente en un asunto que le
concierne a la Policía Local. Lo cual demuestra que los
chorizos les han perdido el respeto a quienes no deben. Una
situación que se nos antoja más que grave chocante. Y que
viene a demostrar que los rateros carecen ya de maneras.
De no ser así, ya me dirán ustedes cómo es posible que se
pongan en circulación copias pertenecientes a un examen para
policías locales. Lo cual es un delito. Sin duda. Pero lo es
más, todavía, si la víctima es una institución encargada de
que los descuideros procuren no ir más allá de lo
recomendable. Y en esta ocasión, ateniéndome a los hechos
publicados, los ladrones, amén de haber ido demasiado lejos
en sus pretensiones, parece ser que desean ser descubiertos.
Me explico: los exámenes escritos, como cualesquiera otros
documentos, tienen su origen y pasan por ciertas manos hasta
llegar al sitio donde deben ser puestos a buen recaudo. Con
lo cual es muy fácil dar con quienes han hecho copias. Por
consiguiente, además de presentar la correspondiente
denuncia en la Fiscalía, el viceconsejero de Recursos y
Humanos y presidente del Tribunal calificador de la
oposición para nueve plazas de la Policía Local, lo que debe
hacer son las indagaciones correspondientes y desenmascarar
a los autores de un hecho que ha dejado a las autoridades
con el trasero al aire.
Cierto que Díez Nieto, en el empeño, deberá renunciar a su
descanso veraniego. Pero habrá merecido la pena si es capaz
de llegan al fondo de la cuestión. A fin de que sepamos si
esa actividad se ha venido practicando desde hace ya la tira
de tiempo. De no ser así, seguro que Mohamed Alí, que
anda rebotado porque Yolanda Bel no le ha hecho caso
a esa idea de que las bicicletas son para el verano, le va a
estar dando la tabarra al viceconsejero de Recursos Humanos
durante las Fiestas Patronales. Y a ver quién distrae al
presidente. Pasada la medianoche. En la Feria.
|