Se cumplió, tal como habíamos
dicho, quien sería la ganadora del concurso OT. Y se cumplió
porque la publicidad le ganó a la calidad. Virginia se alzó
con el primer puesto gracias a la publicidad que le había
realizado Risto, el publicitas que estaba en el jurado,
tantas veces criticado por su forma acida de decirle las
cosas a los concursantes, llegando incluso al insulto.
Risto ha dado una lección magistral, de cómo con una buena
publicidad se puede manejara a la mayoría de los seguidores
del programa. Con sinceridad, dejando a un lado la forma de
tratar a los concursantes menos a Virginia de la que fue su
gran valedor llevándola a conseguir el primer premio, su
trabajo ha sido intachable, incluso su decir adiós como
miembro del jurado. Su trabajo había finalizado y su meta
conseguida, lo mejor era desaparecer haciendo mutis por el
foro. Fue lo que hizo. Misión cumplida.
Muchos de los telespectadores del programa, se quedaron
asombrados escuchándole decir a Virginia, en su primera
intervención, que no le había gustado. Nada más lejos de la
realidad, todo era una puesta en escena, como el mejor de
los actores, para darle el empujón final y llevarla al
triunfo.
La jugada de Risto fue magistral, desde el principio al
final, jugando con los telespectadores sabiendo, de
antemano, que las cartas ganadoras las tenía en su poder y
que, con ellas, demostraría hasta los más incrédulos, que
una buena publicidad siempre será superior a la calidad.
Demostrado ha quedado, viendo como Virginia se lazaba
vencedora del concurso, siendo en calidad, muy inferior a
los otros dos finalistas, Chipper y Pablo.
Desde mí particular punto de vista y con mis escasos
conocimientos del asunto ese de cantar, si había algún
ganador claro, sin duda alguna, era Chipper, el mejor de los
artistas que habían desfilado por la Academia en esta OT,
seguido de Pablo que hizo una magistral interpretación del
tango aflamencado que se sacó de la manga, el joven
compositor.
A pesar de que, ambos dos, superaban muy mucho en calidad, a
la ganadora, ninguno de ellos contó con la campaña
publicitaria que Risto hizo, desde el inicio del concurso
con la ganadora del mismo. Por contrario el publicitas se
dedicó, desde el primer momento, a criticar duramente a
ambos concursantes, a sabiendas que eran los únicos que le
podían hacer sombra a su protegida por la publicidad que le
venía realizando y que, de no conseguir el triunfo, sería un
fracaso del publicista.
En publicidad cuando se realiza una campaña se apuesta
fuerte por ella. Y de esa apuesta, su fracaso o su éxito,
depende del publicista encargado de realizar el spot.
A Risto hay que decirle, chapó. Su campaña ha conseguido la
meta propuesta en la misma, el triunfo. La chica, cantando,
no era la mejor, más bien de las más mediocres del concurso
pero la campaña publicitaria, de Risto, la ha llevado al
triunfo final. La pregunta es ¿podrá conseguir ser alguien
en el mundo del espectáculo, sin esa campaña publicitaria?
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