Siempre he pensado que, el odio,
el rencor y la envidia, son el escudo protector tras el que
se escudan todos los inútiles, a los que su incapacidad
intelectual les lleva a odiar y envidiar a todos aquellos
que les superan.
A todos estos, faltos de inteligencia necesaria para ser
algo en la vida sin necesidad del “dedatil” o la publicidad
barata para conseguir la gorra y le pito con mando, les
duele y les molestas que haya personas con capacidad
intelectual suficiente, que por sus propios méritos hayan
conseguido llegar a alcanzar algún puesto, cosa que por
capacidad intelectual ellos jamás hubiesen alcanzado.
En mí pequeño diccionario, ese que tiene más años que yo
¡que ya es decir!, he buscado el significado de ambas
palabras, y al encontrarlas y ver lo que significan me han
hecho aferrarme a mí idea de lo que son estos personajillos
del tres al cuarto, a los que la tómbola de la vida les
regaló la gorra y el pito.
Odio: “Antipatía, aversión, rencor hacia algunas personas o
cosas cuyo mal desea”. Envidia: “tristeza o pesar del bien
ajeno, animadversión contra el que posee una cosa que no
poseemos”.
Anoche escuchando a María Antonia Iglesias, periodista y
escritora y al So Pena, comprendí que en sus cerebros,
carcomidos por el gusanillo de la ignorancia, anidan el
odio, el rencor y la envidia. Sobre todo envidia, teniendo
en cuenta el significado de la palabra aunque, por supuesto,
no podemos dejar pasar por alto su odio a todo y todos
aquellos que no compartan sus ideas.
El tema debate establecido por el moderador del programa era
si el asesino de Juana Chaos, merecía la cadena perpetua.
Una chica, me parece que era del PP, apostaba por la cadena
perpetua. Jamás, la chica, habló de la pena de muerte. La
señora Iglesias, como una fiera enjaulada saltó diciendo:
“La pena de muerte a la gente de la derecha le encanta”.
La chica insistía que nunca había nombrado la palabra “pena
de muerte” solicitando al moderador, por activa y por
pasiva, que reprodujese lo que había dicho. Pero no se
pusieron sus palabras. ¿Por qué, Jordi, por qué, con lo
fácil que es rebobinar lo grabado?.
La señora Iglesias, me vino a demostrar lo que es la
envidia, pues ante la carencia de fundamentos, para defender
su teoría, envidió a la chica por unos conocimientos
intelectuales superior a los suyos. O sea lo que es el
significado de la palabra envidia “animadversión la que
posee una cosa que nosotros no poseemos”.
Mire señora Iglesias, Antonio Gala, genial escritor y nada
sospechosos de ir contra sus ideas, en su artículo “La
Tronera” del pasado 18 de julio, al referirse al asesino, no
arrepentido de sus crímenes, de Juana Chaos, en sus últimas
líneas escribía: “Porque no siempre la pena de muerte es
incomprensible. Y, por el contrario, mucho su deseo” (Sic).
Me imagino, señora Iglesias, que don Antonio Gala, el genial
escritor español, no será para nada sospechoso, para usted,
por sus ideas.
Ahora, eso sí, no me extrañaría que también envidiara, al
genial escritor cordobés, por poseer lo que usted, a pesar
de ser escritora no posee, un alto nivel intelectual.
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