¿La piscina en bañador?, haram; ¿jugar en pantalón corto?,
haram; ¿La Feria?, haram; ¿vestir occidental?, haram; ¿el
cabello descubierto?, haram...La semilla de la intolerancia
empezará a germinar gracias a la generosa labor de las
administraciones que, con un desconocimiento absoluto, han
ablandado la mano dadivosa de los recursos públicos para
fomentar la proliferación de elementos que son tan
subversivos en la intimidad que, por ejemplo, Marruecos ni
les permitiría acercarse a una mezquita, y si Marruecos no
los quiere... ‘algo tendrá el agua cuando la bendicen’, ¿que
no?.
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