Los juguetes magnéticos no podrán comercializarse si no
advierten de los riesgos que presentan para los niños. Ayer
entró en vigor la norma que prohibe la introducción de estos
artículos.
Se entiende por un ‘juguete magnético’ aquel que contenga o
esté formado por uno o más imanes, o por uno o más
componentes magnéticos que puedan desprenderse y, por su
tamaño, ser ingeridos por menores.
La prohibición abarca un periodo de doce meses, aunque si se
estima necesario puede prolongarse. La razón de la
temporalidad es la necesidad de uniformizar las medidas que
se adopten en todos los Estados miembros. La advertencia
sobre riesgos será claramente visible y fácilmente legible,
y estará expuesta de manera que salte a la vista en el
envase.
El Comité Europeo de normalización contabilizó entre 2006 y
2007 hasta 32 casos de accidentes por ingerir imanes.
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