La vida de abel garcía rubio es la de un hombre comprometido
con una causa social, la del virus del sida. Su trayectoria
de colaborador en ong comenzó hace 17 años en un centro de
drogodependientes de santander. Años más tarde, sobre el
1992 entró a formar parte de la fundación movimiento
ciudadano antisida (FUNSIDA). Una organización de la que fue
presidente durante varios años. La idea por aquellos tiempos
era crear una red asistencial y preventiva antisida.
Tras dejar de ser presidente se trasladó a ceuta donde
colabora con la consejería de sanidad participando en
programas de prevención y asistencia en la prisión y el ceti.
Actualmente es la cabeza visible de la asociación el rumor.
Pregunta.- ¿Cuáles son las principales carencias que
existen a nivel asistencial y de tratamiento del VIH-Sida en
Ceuta?
Respuesta.- Cuando la Fundación empezó a desarrollar
programas aquí en Ceuta hicimos un análisis de la situación.
Aquí existe un área de prevención enmarcado dentro de la
Consejería de Sanidad. Además el trabajo en colegios e
institutos es bueno. No obstante detectamos ciertas
carencias. A nivel asistencial hay pocos recursos. No existe
por ejemplo un piso tutelado. Por ello Ceuta tiene que
buscar que Andalucía acoja a personas con la enfermedad o
que éstas por su cuenta vayan a otros territorios. Ceuta
cuenta con suficiente capacidad económica y de
infraestructura para llevarlo a cabo. Habría que establecer
la cofinanciación con el MTAS con la Ciudad. Una de las
herramientas más importantes desde el punto de vista de la
prevención es la prueba rápida, que lleva cuatro años
intentando ponerse en marcha. Desde Europa se viene
presionando a España para que exista un verdadero sistema de
vigilancia epidemiológica. Hoy en día no existe. Lo más
parecido es un listado de personas contagiadas, con nombres
y apellidos, lo cual es un riesgo muy grave. Así lo vieron
muchas asociaciones que protestaron. Hay ocho comunidades,
entre ellas Ceuta, donde se mantiene un listado tipo aunque
con diferentes campos de información. El Ministerio está
tratando de homogeneizar todo ello para que los listados
sean un verdadero sistema de vigilancia epidemiológica.
P.- ¿Cómo afecta a la vida de las personas?
R.- Las personas seropositivas que han sido señaladas en
determinados lugares. Pedir un seguro al banco y que no te
lo den por necesitar un certificado de vida. Ahora hay una
serie de cosas que ahora mismo simplemente por detectar que
es una persona seropositiva no te dejan entrar. Voy más
allá, hay empresas que hoy en día te piden por adelantado un
certificado de salud en el cual te incluyen la prueba del
VIH, algo totalmente legal.
P.- ¿Qué transformación ha vivido la enfermedad en las
últimas décadas?
R.- El cambio en los países ricos o desarrollados ha sido
bestial. El Sida es una de las infecciones en la que más se
ha avanzado en materia de tratamiento. A la hora de poner en
marcha estudios, las mismas personas infectadas han sido las
primeras en colaborar. En 25 años hemos evolucionado de no
tener ningún fármaco a tener un gran abanico de
posibilidades. Pero cuidado, no tenemos que olvidar los
efectos secundarios de estos fármacos. La realidad de la
enfermedad es que hay 6,5 millones de personas infectadas
por el virus en 2007 y 5,7 pertenecen a países con menos
recursos. Cada día 6.800 personas se infectan por el virus y
5.700 fallecen en todo el mundo. La mayoría de los casos se
produce por un acceso inadecuado o insuficiente a los
tratamientos.
P.- ¿El Sida ha dejado de ser una enfermedad de
homosexuales?
R.- El VIH no mira ni sexo, ni edad, ni nacionalidad, ni
estatus social. Siempre se ha hablado de grupos de riesgo.
Personas con unas carencias sociales. Estábamos hablando de
drogadictos, homosexuales sin recursos y hemofílicos. Ha
evolucionado como todos veíamos. El VIH es una enfermedad de
transmisión sexual principalmente aunque en España hubo un
boom de casos por el uso de jeringuillas entre varios
toxicómanos. El colectivo heterosexual con el que parecía
que no iba la cosa es ahora el más afectado. Un grupo que
inicialmente no estaba dentro de los colectivos de riesgo.
Esto pone de manifiesto la equivocación en que se incurrió
por hablar de grupos de riesgo.
P.- ¿Cómo ha evolucionado la estigmatización de la
enfermedad?
R.- Eso es algo que no va evolucionando tan deprisa como los
tratamientos. Hoy en día se siguen desescolarizando a niños
por que sus padres son seropositivos. Casos que se deben
denunciar siempre. Veías unos casos que eran esperpénticos.
Niños que sin tener la certeza de si estaban infectados
habían sido señalados o puestos en cuarentena, con lo que
ello supone para el propio niño. Además de la pérdida del
familiar verse relegado o separado del grupo.
P.- El componente fundamental de esto es el conocimiento que
tiene la población sobre la enfermedad, su infectación, su
transmisión y su tratamiento ¿Qué nivel de información tiene
la sociedad actual?
R.- No ocurre sólo con el Sida, también con enfermedades más
conocidas como puede ser la diabetes. Cuando escuchas
información en los medios o gente en la calle que está
haciendo campañas de sensibilización, no prestas atención a
no ser que alguna persona cercana sufra la enfermedad. En
España entre 2000 y 2005 se ha trabajado muy bien en las
campañas de prevención. Desde entonces como se ha visto que
los tratamientos son eficaces se está bajando la guardia.
Antes se priorizó la prevención por que los médicos podían
tratar pero no curar. Ahora es al contrario.
P.- ¿Cuánto cuesta un tratamiento para una persona con VIH?
R.- Muchísimo, muchísimo menos que el tratamiento de los
accidentes de coche. El tema económico me levanta ampollas.
Hay veces que el tema del dinero se mira con lupa para
determinadas enfermedades mientras que para otros males se
gasta sin cabeza.
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La Asociación ‘El Rumor’ lucha para poder desarrollar
programas asistenciales
La Asociación ceutí Anti-Sida y
Exclusión Social ‘El Rumor’ apuesta por desarrollar en la
ciudad programas asistenciales para paliar los efectos de la
enfermedad. Esta ONG se formó en Ceuta hace cuatro años y
actualmente Abel García Rubio es una de las cabezas visibles
de este proyecto. Desde su creación ha vivido bajo el
hándicap de la falta de un local social desde el que
trabajar. “Si no tenemos una localización fija para
desarrollar nuestra labor el Ministerio de Trabajo no nos
concede subvenciones para la realización de programas”,
explicó García Rubio. Tras algunas vicisitudes más la
asociación reemprendió la marcha el pasado año, pero se
encontró con el problema de no poder aprovechar las
subvenciones al llegar a año vencido.
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