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No nos hemos cansado, desde que se
propuso un nuevo modelo de financiación autonómica anunciado
por el Gobierno, de repetir que había de tener consideración
especial con dos territorios absolutamente singulares que,
por su ubicación geográfica, su dimensión terrestre y sus
numerosas características, la hacen partir desde la más
absoluta de las desventajas respecto de los demás
territorios autonómicos en los que se divide el conjunto del
Estado español.
El Gobierno local lo ha manifestado y además lo ha
solicitado formalmente a la Administración General del
Estado. Es evidente que Ceuta no puede aportar los mismos
números que el País Vasco, o la Comunidad Valenciana, ni
siquiera Murcia que es uniprovincial, como la Comunidad
Foral de Navarra. Ceuta puede asemejarse a Melilla, pero a
ningun tro territorio de nuestra nación.
Pero ayer, el ministro Solbes nos proporciónó la
satisfacción de saber que el Gobierno en su propuesta, no
sólo admite las sugerencias, sino que las oye y, además, las
reconoce formalmente porque ha tenido el criterio de
establecer en exclusiva en su proposición, a debatir, las
singularidades de Ceuta y Melilla porque el modelo de
financiación que surja del largo debate que se vaticina,
deberá de adaptarse a las realidades de las Ciudades
Autónomas de Ceuta y Melilla.
El Gobierno socialista ha tenido la predisposición de velar
por los intereses de las ciudades, lo ha dicho y lo ha
propuesto. Lo lógico es que, además, ahora cuando empiece el
verdadero baile, mantenga la defensa a ultranza de lo que
mejor sabe hacer el PSOE, respaldar a las minorías.
Aunque sólo fuese por este motivo, es para estar
satisfechos. Sencillamente porque nadie puede dudar que en
el contexto nacional del Estado Ceuta y Melilla son dos
minúsculos territorios minoritarios en población, en
superficie y en capacidad de producir económicamente a los
niveles que lo puede hacer y lo hace, Cataluña, el País
Vasco o Baleares.
Se siente el respaldo de la Administración General del
Estado y eso debemos valorarlo en su real medida.
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OPINIÓN / EDITORIAL
