La Armada Española, con toda
intención, bautizó como “Galerna” a uno de los cuatro
submarinos de nuestra flota de la clase S-71 (tipo
“Agosta”), construidos sucesivamente en los astilleros de la
Empresa Nacional Bazán de Cartagena; el “Galerna” fue dado
de alta tras las preceptivas pruebas de mar el 25 de junio
de 1982, si bien la entrega oficial se retrasó al 21 de
enero de 1983. No es éste el primer buque en ostentar tan
sonoro nombre: durante nuestra última guerra “incivil” (que
diría Unamuno), la República alistó un bacaladero de 1200
toneladas como cañonero auxiliar, incorporándose a la
Escuadra Nacional tras su captura participando en diferentes
acciones militares en la Campaña del Cantábrico; acabada la
Guerra Civil, terminó sus días en la industria pesquera de
donde procedía. Pero, naturalmente, ustedes esperan que les
escriba sobre la “galerna diplomática” en marcha, ¿verdad?.
Los dos jóvenes (S.J. y D.I), espero que ya físicamente
recuperados, seguían ayer por la tarde en nuestra ciudad.
¿La “galerna diplomática”…? Pues avanza a buen ritmo. Estoy
en condiciones de asegurarles que en la Embajada de los
Estados Unidos en Madrid han empezando a movilizarse para
exigir responsabilidades por el maltrato sufrido por uno de
sus ciudadanos; la esposa del cónsul Abdeslam Jaidi y madre
de S.J., es norteamericana. En cuanto a la Embajada de
Marruecos en Madrid, como no podía ser menos, también han
empezado a mover ficha. Se lo advertía esta mañana de forma
precisa a un joven e ilustre personaje local: políticamente,
el responsable de las Fuerzas de Seguridad del Estado se
sienta en el despacho de la Plaza de los Reyes. Yo de estar
en su lugar me movería prudente pero con presteza, depurando
responsabilidades en el torpe cantamañanas responsable, el
sábado de autos, del desaguisado, un inspector con nombres y
apellidos muy concretos. Y el ministro del Interior, Alfredo
Pérez Rubalcaba responsable último de la Policía Nacional…
viajando hoy hacia Marruecos, donde será recibido por su
homólogo, Chakib Benmusa. Tanto el Cuerpo Nacional de
Policía como la Guardia Civil, son dos sacrificadas
instituciones con un gran currículum a sus espaldas, así
como con excelentes y honestos profesionales. Para nada
merecen que su labor sea puesta en la picota, arrastrada a
los pies de los caballos por culpa de un (presunto) cretino
incompetente que, ni tiene dos dedos de frente ni ha sabido
estar a la altura, dejando crecer este desaguisado que no
dejará de pasar factura a Ceuta.
Seamos honestos. ¿Qué ocurriría ahora si el hijo de un
diplomático español hubiera recibido el mismo (mal) trato en
el vecino Reino de Marruecos…?. Éste escribano hubiera
puesto el grito en el cielo de la misma forma que lo estoy
haciendo, sintiendo vergüenza ajena, aquí en Ceuta. Con una
diferencia agravante: Marruecos está todavía, impulsado por
su joven Rey Mohamed VI, avanzando no sin reveses en el
campo de la aplicación de los Derechos Humanos, pero España…
España es, presumimos de ello, un Estado de Derecho.
Aplíquese pues la normativa. Sin prejuzgar los datos debe
abrirse de inmediato una investigación, con luz y
taquígrafos, sobre lo ocurrido. Y depúrense las
responsabilidades. Por justicia y por pragmatismo. Va en
ello el prestigio del Reino de España.
|