El presidente desgobierno, José
Luís Rodríguez Zapatero, en una entrevista concedida a
Antena 3 reconoce, por vez primera, que hay crisis. Desde mí
particular punto de vista, personal e intransferible, no sé
la razón por la qué, el presidente de todos los españoles,
no ha dicho desde el primer día que hay crisis. La verdad,
no lo entiendo.
La crisis es a nivel mundial, por tanto no hay motivo alguno
para tratar de no nombrar la palabra crisis, tratando de
disimularla con la palabra desaceleración. Que conste que,
si servidor fuese el presidente, la hubiese pronunciado
desde el primer momento y me hubiese quedado tan tranquilo.
Dicen los entendidos que el presidente no quería pronunciar
semejante palabra, para no crear desanimo en los españoles
tratando por lo contrario, al no pronunciarla, marcar un
sentido de optimismo entre el personal. El que la lleva, la
entiende.
Al aceptar la palabra crisis, sólo les quedaba decir que el
Gobierno está tomando medidas para mitigar, de la mejor
manera posible, esa falta de economía que se puede producir
en el bolsillo de los españoles. Porque es lo único que
puede aportar el Gobierno, buscar soluciones al problema. No
hay más cera que la que arde.
Qué cuáles son esas medidas, que tiene que tomar el Gobierno
para solucionar el problema. No me pregunte, no soy un
entendido en la materia y, por tanto, no tengo la varita
mágica que me haga sacar de la chistera la solución a todos
los problemas que están apareciendo en la economía española
por culpa, culpita, de la crisis. Así que no me busquen
problemas que bastante tengo con los míos.
Me pregunta, usted, qué si tuviese la solución se la daría
al Gobierno, puede apostar todo lo que tenga a que se la
daría al instante. Vamos, no lo dudaría ni un solo segundo.
El Gobierno, sea del color que sea, es el Gobierno de mí
país y como español, insisto, no lo duraría ni una décima de
segundo.
Al parecer alguno no se quieren enterar, a pesar de que en
asunto soy reiterativo. Ya no lo voy a escribir, ni a decir
más, voy de libre por la vida, no le debo nada a ningún
partido político, no pertenezco a ninguno de ellos, y desde
esa libertad e independencia, me permito el lujo de escribir
lo que me apetezca, aplaudiendo lo que a mí juicio está bien
hecho y criticando lo que considere que no se debería haber
hecho y, todo ello, sin pararme a pensar en ideología
política. ¿Está claro o lo voy a tener qué estar repitiendo
hasta la saciedad?. Ya no lo diré más.
Aunque no tengamos esa varita mágica capaz de solucionar el
problema, no nos cabe la menor duda que la solución al
mismo, con llevaría tener que tomar medidas anti – populares
que tendría una carga negativa a quienes correspondiera
tomarlas, en este caso al gobierno de España.
Pero esas medidas, al parecer, según los entendidos en la
materia de la cual soy un profano, son las únicas que
paliarían la crisis económica que estamos padeciendo.
La pregunta que le haría, a todos estos entendidos, es bien
sencilla ¿Quién le pone el cascabel al gato?.
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