Viviré cerca del mar para recordar
tu forma de mirar, dice una evocadora canción de los 70
cantada por Juan Bau titulada ‘Estrella de David’. De los
años 70 son precisamente el grupo de 84 ceutíes de confesión
hebrea que se han reencontrado de nuevo en su tierra y que
han plasmado el momento en un emotivo acto celebrado en el
salón del Trono del Palacio de la Asamblea.
Un numeroso grupo de familias de la comunidad hebrea esta
viviendo estos días un especial regreso a sus orígenes.
Gracias a la iniciativa de algunos miembros de la comunidad
ceutí se ha propiciado un encuentro de familias de este
colectivo nacidas en tierras caballas.
Siempre es agradable encontrarse con viejos amigos y
conocidos, con quienes te has topado por las calles, con
quienes, por la fuerza de la costumbre de tropezarse unos
con otros casi a diario en esta bendita tierra que fuerza
irremediablemente a mantener relación con el prójimo. De ahí
quizá provenga también esa capacidad innata del ceutí de
comprender y asumir como normal y cotidiano la enriquecedora
mezcla de culturas con las que, compartir experiencias y
aprender de todas.
Ayer llegaron a su casa casi un centenar de buenos amigos
caballas, respetuosos, emocionados y admirados porque su
Ceuta ha cambiado, y ha cambiado mucho realmente.
Físicamente es distinta, muchos quedaron impresionados por
las nuevas infraestructuras. El desdoblamiento, el paseo del
Revellín, la playa de la Ribera, el centro de Ceuta, los
edificios nuevos, los antiguos... todo ha sido casi una
novedad admirada por quienes tuvieron necesariamente que
salir un día para buscar mejores oportunidades que entonces
se negaban en una Ceuta que sufrió lo indecible en la década
de los 80, aunque 20 años después el bucle de la historia
sigue jugando malas pasadas.
Es un orgullo ver tanta cara conocida de nuevo. Algunos han
conocido también, como novedad, este periódico que sigue
sólido, fuerte y siendo un referente para la sociedad
emergente caballa, catorce años después.
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