Sospechas de fraude se ciernen sobre la Unión de Comunidades
Islámicas de Ceuta [UCIDCE], estructura comandada por Laarbi
Maateis que congrega a unas 38 pequeñas asociaciones y se
autoproclama como la de mayor representatividad de Ceuta.
Al margen de lo estrictamente religioso [absolutamente
respetable], una de estas 38 entidades denominada ‘Al
Ghufran’, vinculada a la organización presidida por Maateis
ha percibido una subvención pública de 3.000 euros concedida
por la Fundación Pluralismo y Convivencia en base a una
memoria de actividades y presentación de facturas falseadas,
según el dueño de la mezquita, sede de la supuesta
asociación del mismo nombre que se encuentra registrada ante
el Ministerio de Justicia desde el 11 de mayo de 2006.
La Fundación Pluralismo y Convivencia vinculada a la
Dirección General de Asuntos Religiosos es una entidad,
creada por acuerdo de Consejo de Ministros de 15 de octubre
de 2004, a propuesta del Ministerio de Justicia. Su objeto
es contribuir a la ejecución de programas y proyectos de
carácter cultural, educativo y de integración social de las
confesiones religiosas minoritarias que hayan celebrado
Acuerdo de cooperación con el Estado o con notorio arraigo
en España, así como el fomento del pleno ejercicio de la
libertad religiosa.
La Fundación, regida por un Patronato, está presidida por el
Ministro de Justicia e integrado por 21 vocales, 12
representantes de diversos ministerios y 9 designados a
título personal, oídas las confesiones religiosas
minoritarias. Su ámbito de trabajo es nacional y pretende
contribuir a la promoción de la libertad religiosa, apoyando
a los órganos representativos de las confesiones
minoritarias y favoreciendo las actividades que dichos
órganos, así como sus comunidades, iglesias y entidades
locales, desarrollen en los ámbitos educativo, cultural y de
integración social. La Fundación tiene como objetivo
igualmente la divulgación de la realidad de las confesiones
minoritarias para mejorar el conocimiento que la sociedad
tiene de ellas, evitando y promoviendo la superación de
estereotipos y favoreciendo su integración en la sociedad
española.
El dueño de la mezquita, indignado
Pero la gravedad del asunto radica en el hecho de que el
responsable y dueño de la mezquita ‘Al Ghufran’, Mustafa
Ahmed ubicada en la Almadraba, en cuya sede supuestamente
desarrolla su actividad la asociación que lleva por nombre
el mismo que el de la mezquita, nada sabe de éstas
actividades reflejadas en la memoria presentada ante la
Fundación.
Siendo esto así, puede concluirse que tanto la memoria del
proyecto como la justificación de facturas que han de
presentarse ante la Fundación son falsas. Los documentos, a
los que ha tenido acceso EL PUEBLO han sido validados por la
‘Fundación’ como reales y en virtud de ellos se ha concedido
esta subvención de 3.000 euros.
Casi 20 millones de pesetas
‘Pluralismo y Convivencia’ ha concedido para 2008 un total
de 118.500 euros de fondos públicos a entidades musulmanas
de Ceuta, la gran mayoría para la UCIDCE, reconoció ayer
Fernando Arias, responsable de proyectos de entidades
islámicas de la Fundación quien junto al gerente José Manuel
López Rodrigo llegan hoy a Ceuta a explicar los mecanismos
para acceder a estas subvenciones. Aunque a raíz de las
sospechas con ‘Al Ghufran’, el organismo dependiente del
Ministerio de Justicia, va a fiscalizar taxativamente a
todas las asociaciones que representadas por la UCIDCE
solicitan financiación a través de la presentación de
distintos proyectos.
Llama poderosamente la atención que una ciudad como Ceuta
disponga de casi 40 asociaciones que presentan anualmente
distintos proyectos para acceder cada una de ellas a los
3.000 euros que la Fundación concede en la creencia de que
sirven para los fines marcados por los objetivos de la
propia ‘Pluralidad y Convivencia’, a la Fundación también le
sorprende.
El 22 de febrero de 2008 la Fundación registró la petición
de la entidad: ‘Comunidad Islámica de Ceuta Mezquita Al
Ghufran’ para un proyecto de actividades extraescolares “Es
un centro público aunque tiene carácter confesional” señala
la supuesta asociación. En la memoria, un tal Mohamed Ahmed
Amar que es quien firma el documento de la esta asociación
vinculada a la UCIDCE, señala que el número de usuarios
directos de las clases de árabe es de 70 alumnos y de
iniciación al Islam de 30 escolares. Para ello se anexan
facturas de comidas, de mobiliario y de construcción que
supuestamente se han consumido y adquirido para el ejercicio
de la actividad. Documentos en los que se basa la Fundación
para otorgar la subvención, sin embargo, nadie puede
atestiguar que en la mezquita de la Almadraba se haya
acogido a unos 90 alumnos para clases de Árabe o de
iniciación al Islam durante 2007.
En la emisión de estas facturas, en la que se reflejan
incluso los NIF de las empresas que supuestamente han
prestado esos servicios, son colaboradores necesarios los
propios empresarios; aunque incluso la posibilidad de
hacerse con un sello y estampar el membrete de la empresa
pudiera no estar bajo el control de éstos y recaer la
responsabilidad en algún empleado ‘controlado’ por la
organización. La similitud de las facturas emitidas [parecen
sacadas del mismo block] e incluso las similitudes en el
diseño del sello no son aspectos que deban dejarse al
margen.
Entramado
En realidad las sospechas se basan en que pueda existir un
entramado de pequeñas asociaciones perfectamente
estructurado y oficialmente jerarquizado con la aparición de
la UCIDCE por el que las sumas de las decenas de
subvenciones estatales recibidas al año van a parar a la
propia organización. Laarbi Maateis controla a la Unión de
Comunidades Islámicas de Ceuta formada por 38 asociaciones
[la mayoría del tipo ‘Al Ghufran’] perfectamente inscritas
en el registro controlado por el Ministerio de Justicia. Si
como se sospecha, la mayoría de estas, forman parte de una
red preestablecida para, mediante la regulación legal, optar
y conseguir financiación aprovechando las bondades de una
administración sensible a las minorías, estaríamos hablando
de un delito con imprevisibles consecuencias a medida que se
pueda ir ‘destejiendo’ la madeja.
|